Eredith Medina, migrante venezolana, era amiga de uno de los 39 hombres que fallecieron tras el incendio en una estación migratoria en Ciudad Juárez, Chihuahua el pasado lunes. Mientras que otro de sus amigos está internado en el hospital, en un estado delicado.
Y aunque lo único que les vincula es la nacionalidad, eran prácticamente una familia. Pero para las autoridades mexicanas, la realidad que viven los migrantes que salen de sus países en busca de llegar a un lugar mejor no importan. La mayor parte de ellos llegan sin familia, acompañados en el mejor de los casos de algunos conocidos.
Pero el pasar una larga travesía por 6 meses los vincula con otras personas como ellos. Entonces se forman grupos casi como si fueran familia.
Y a pesar de ello, Eredith no puede saber el estado de salud de su amigo.
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"Dos de mis amigos, uno fallecido, otro gravemente herido en el hospital. No sabemos nada, no nos dan respuesta porque no somos familia directa. ¿Y qué podemos hacer? No podemos hacer nada más que esperar", dijo.
En entrevista para Atando Cabos con Denise Maerker, la mujer relató que el grupo se conformó casi al inicio de la travesía, tras cruzar la selva del llamado Tapón de Darién, en Panamá, donde se unen Centro y Sudamérica, y considerado uno de los puntos más peligrosos para los migrantes.
Desde entonces, el grupo de varios venezolanos se mantuvo unido; incluso, Eredith se comunicó con la familia de su amigo fallecido, experiencia que relató como muy difícil, para comunicarles lo que sabe de la muerte.
La redada por la que atraparon a sus amigos fue el mismo lunes 27 de marzo, y en ella los agentes de Migración se fueron directo contra quienes como ella limpian cristales en los cruceros. En ella, sus dos amigos llevados a la estación migratoria. Ella alcanzó a escapar de la redada y evitó ser capturada.
"El lunes, Migración hizo un operativo y se llevó a muchas personas que estaban en las calles. Corrimos, dijimos que por favor no nos llevaran, que yo no estaba haciendo nada malo, pero es una zozobra constante lo que vive uno acá. A dos de ellos se los llevaron presos. Ahí adentro ya había personas de otras redadas y de otros días", relató Eredith.
Agentes les ocultaron el incendio en Ciudad Juárez
Eredith vive desde hace semanas en las calles de Ciudad Juárez, limpia parabrisas de los vehículos en los cruceros de la localidad para ganarse algunas monedas y duerme en las calles, bajo puentes o donde pueda.
Ella reconoce que los juarenses le han ayudado mucho a ella y los demás migrantes: se organizan para llevarles comida, les dan cobijas y hasta tiendas de campaña, los apoyan con alguna moneda.
Pero las autoridades son diferentes. Si bien en la Guardia Nacional han encontrado persona que les ayudan o les orientan, pero no así con el personal de Migración o la policía municipal.
Y otro reproche que tiene contra las autoridades mexicanas es que así como les niegan información de sus amigos, también les trataron de ocultar el incendio.
"En la noche había muchos bomberos. Empezamos a preguntar y dijeron que no, era sólo un simulacro, que no pasa nada. Nos fuimos porque desplegaron la Guardia a la calle y nos dijeron que por favor fuéramos a dormir, que nos metiéramos a los refugios. Nosotros evidentemente pues hicimos caso creyendo que no estaba pasando nada, pero ya había pasado algo. Realmente ya había personas muertas", lamentó.
Junto a otros migrantes venezolanos, Eredith espera a recibir una cita por parte de autoridades estadounidenses, aunque eso se ve cada vez más lejana, pues no hay claridad en el proceso. En tanto, como sus compañeros, permanecerá en las calles de Ciudad Juárez, en busca de no ser detenida por las autoridades migratorias.