Es difícil imaginar que una estrella de rock como Julián Casablanca, líder de The Strokes, y Juan Carlos I, el rey Balduino de Bélgica pisaron alguna vez la misma escuela. Pero, sí. Ambos fueron parte del prestigiado Institut le Rosey, uno de los internados donde la clase alta asiste a estudiar desde hace década
El lugar se extiende en un espacio de 28 hectáreas lleno de árboles centenarios, donde albergan instalaciones deportivas, artísticas y académicas de última generación, exclusivo para los ricos que pueden pagarlo.
Tan solo la matrícula de un estudiante se cobra en más de 127 mil francos suizos, algo así como 2.5 millones de pesos. Eso sí, pagados en tres cuotas a lo largo del año.
De acuerdo con su portal web, el enfoque de la escuela es holístico y se divide en cuatro fases: Juniors, Cadetes, Jeunes Seniors y Seniors, todos con un nivel de exigencia muy alto.
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La instrucción en Le Rosey se realiza de forma bilingüe. Cada estudiante de clase alta decide de manera personal si estudiará la mayor parte de sus materias en francés o en inglés, pero deben tomar al menos una clase en el idioma que no escogieron.
"Todos los estudiantes sin excepción deben seguir caminos exigentes para que culminen con el diploma completo Bachillerato Internacional (en inglés, fracés o ambos)", señala la institución.
Para poder inscribirte en este en este colegio de ricos se debe llenar un formato de solicitud y un registro de interés para comenzar el proceso. Posteriormente el comité del instituto realiza un rigurosos de selección y se les informa a los estudiantes la decisión en las dos semanas posteriores al cierre del expediente.
Un día en 'la escuela de los reyes'
En esta escuela, los itinerarios de los ricos son tan rigurosos como los planes de estudio. Se levantan desde las 7:00 de la mañana para bajar a desayunar aun gran buffet. "Su única comida informal del día", explican.
Después se dirigen a seis periodos de clase, con un descanso a media mañana, que los lunes se une también a una asamblea general. A la 13:30 se reanudan las clases hasta 15:30 y a partir de entonces se les permite tomar sesiones de arte y deportes que son también obligatorias.
La cena se sirve a las 19:30 horas y los estudiantes deben presentarse formales, sentarse en el asiento marcado con su servilleta personal. En cada mesa acomodan entre seis y ocho estudiantes acompañados de un profesor.
"Los estudiantes se levantan cuando llega un adulto y no se levantan de la mesa antes de ser invitados por el director del internado después de que este haya hecho algunos anuncios", señalan.
Ya a las 20:00 horas, los jóvenes ricos se dedican al estudio y las tareas de la escuela, ir a cenas culturales, conferencias, debates, foros o retos deportivos, antes de ir a acostarse entre las 21:00 y las 23:00 horas de ese día.