En medio de la crisis política que atraviesa Nuevo León, el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, prefirió no opinar sobre el tema, pese a la cercanía y relación entre los gobiernos de ambas entidades.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva en Por La Mañana, Jiménez Salinas indicó que las autoridades coahuilenses mantienen constante comunicación con las y los nuevoleoneses para garantizar la seguridad en ambos estados, pese a ello, prefirió no opinar en torno a la crisis que enfrenta Nuevo León, en donde Luis Enrique Orozco mantiene el cargo de gobernador interino y Samuel García encabeza eventos como mandatario estatal.
“Somos vecinos y buenos amigos. Nosotros estamos concentrados en Coahuila y como dicen: ‘el respeto a la grilla ajena, es la paz’”, declaró.
Insistió que la comunicación entre autoridades de seguridad de ambos estados sigue “fluyendo”, sin embargo, mencionó que verán cómo se desarrolla el tema de gobernabilidad en Nuevo León para establecer comunicación con quien sea designado como titular del Ejecutivo estatal.
Te podría interesar
“El tema de seguridad es el más importante para nosotros, lo dejamos muy claro en la toma de protesta, tanto en el Congreso como en el Parque de Las Maravillas y vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que Coahuila siga siendo un estado seguro”, destacó.
Samuel vs. Orozco: ¿Quién es el gobernador de NL?
Por su parte, en entrevista para este medio, Luis Enrique Orozco, gobernador interino de Nuevo León, afirmó que el Congreso estatal es el único que puede revocarle el cargo.
Días antes, el exvicefiscal del Ministerio Público de la Fiscalía General de Justicia del Estado nuevoleonés afirmó que dejaría el cargo sólo si el Poder Legislativo se lo ordena.
Por su parte, Samuel García dio a conocer que el PRI y PAN le solicitaban la Auditoria Superior del estado, que Adrián de la Garza encabezara la FGE, 2 mil 500 millones de pesos para municipios gobernados por esas formaciones, así como limpiar expedientes en contra de Zeferino Salgado, exalcalde de San Nicolás, y el priista Francisco Cienfuegos. Estas peticiones eran a cambio de que Javier Navarro fuera designado como gobernador interino de Nuevo León.