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HURACÁN "OTIS"

Acapulco, epicentro del turismo, el crimen y el desastre

Desde el 25 de octubre, los acapulqueños viven las secuelas del huracán "Otis" expuestos a carencias, el crimen y la falta de apoyo gubernamental.

Acapulco fue impactado por el huracán "Otis"Créditos: Rocío Martínez
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Cinco días después del impacto del huracán “Otis” en Acapulco, Guerrero, un convoy de un camión y dos camionetas daban rondines en la costera “Miguel Alemán”. Por las ventanas se asomaban varias personas cubiertas del rostro y en la parte trasera de uno de los vehículos se leía: “La Gran Familia 300 en tu ayuda”. 

Hasta ahora no se sabe si este grupo forma parte de una organización civil, el gobierno o el crimen organizado. Lo único que se conoce es que ofrecía ayuda a los damnificados por el huracán “Otis”. 

“Aquí en Acapulco yo venía caminando y se me presenta un señor con un coche. Me llama y me dice ‘venga’, le dije ‘sí, ¿en qué puedo servirle?’ y me dijo ‘tenga una despensita’. Es la única que he recibido hasta el momento, pero por parte de gente particular, no por parte del Gobierno Federal”, dijo Rogelio, un habitante de la localidad Las Cruces, a 20 minutos de la costera, a la que no ha llegado una sola de las 3 millones de despensas prometidas por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). 

Rogelio trabaja como vigilante en un condominio vacacional de Acapulco y perdió por completo su casa y sus pertenencias por el huracán. La noche del 25 de octubre tuvo que refugiarse con su hija y sus dos nietas en un baño. El viento ya cimbraba las paredes, mojaba sus electrodomésticos y volaba la mayor parte del techo de la casa de un sólo piso donde vivían.

“Ahorita estamos en la casa de la vecina que nos da permiso, poco a poco vamos acomodando, vamos ahí a cocinar lo que se puede, pero la leña está mojada y no puede arder”, dijo en entrevista con Grupo Fórmula. 

La emergencia alimentaria advertida por la propia Cruz Roja en Acapulco y Coyuca de Benítez tiene lugar a la par que el periodista Óscar Balderas registró que en la periferia de la Central de Abastos, el crimen organizado entrega despensas a los pobladores vulnerables por el huracán. 

“El crimen organizado se aprovecha de momentos críticos. En este caso, el huracán generó vacíos de poder básicos del Estado, ahorita no hay agua, no hay servicios públicos y normalmente se aprovechan de eso”, dijo Daniel Santander, especialista en narcotráfico por la Universidad Anáhuac. 

Acapulco: el turismo de un estado

En pleno estado de Guerrero, los lujosos hoteles de la costera de Acapulco contrastan con el resto de las localidades de un estado azotado por la violencia y que está entre las tres entidades con mayor cantidad de pobreza y pobreza extrema, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) 

En un contexto como ese, el crimen organizado ha concentrado diversas células delictivas en ésta entidad. Así se escucha hablar de actividades del Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), vestigios de Los Beltrán Leyva, Los Ardillos, Los Tlacos, entre muchos otros. 

Acapulco es uno de los destinos turísticos más importantes del estado y un móvil económico para Guerrero, según especialistas en la materia. Por ende, también se ha convertido en un mercado atractivo para actividades delictivas como el narcomenudeo, la extorsión, el secuestro y hasta la trata de personas.

Causa en Común dio a conocer que en comparación a 2022, de enero a octubre de 2023, el narcomenudeo subió 5 por ciento a nivel nacional. Únicamente en Acapulco se concentró más del 56 por ciento de esta actividad en el estado de Guerrero en los cinco años de este sexenio, revelaron datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), encabezando también delitos como homicidio, extorsión, secuestro, lesiones y trata de personas.

“El crimen existe justamente a partir de la creación de estos mercados negros y si tu mayor mercado es la venta ilegal de drogas, si tienes un montón de turistas que consumen un montón de drogas, es fácilmente entendible porque ha crecido  el narcomenudeo también en Cancún, en Acapulco y en otras zonas turísticas”, señaló Santander.

Tan sólo de enero a mayo de este año, la Secretaría de Turismo registró 9 millones de turistas que llegaron a México, más de 6 millones de Estados Unidos, Canadá y Colombia, quienes, como las otras nacionalidades, vienen a disfrutar de las playas, los bares, la vida nocturna y, por supuesto, las drogas. 

La Secretaría de Salud reveló que son los estadounidenses quienes tienen la mayor prevalencia de consumo de drogas en el país, mientras la impunidad en el delito de narcomenudeo en México es del 94 por ciento, de acuerdo con el reporte “Hallazgos 2022: seguimiento y evaluación de la justicia penal en México". 

Este panorama termina afectando a los locatarios y comerciantes locales, ya que, una vez obtenido el control de la venta de drogas en una localidad, nada impide a los grupos criminales buscar la expansión hacia otras actividades económicas. 

“Ya tengo digamos el control de narcomenudeo, después puedo tener el control de la Obra Pública del municipio, después puede también llegar a cobrar impuestos especiales como el derecho de piso, puedo tener el monopolio de ciertos comercios”, señaló el especialista en narcotráfico sobre la expansión de actividades en este sector. 

En este sentido, los grupos criminales llegan a exigir a los comerciantes locales comparar alcohol para sus negocios a ellos como proveedor específico. En medio de este contexto del turismo, el huracán “Otis” tocó tierra como categoría 5. Por horas el puerto estuvo incomunicado. No había luz, no había agua, los enormes hoteles quedaron destruidos, pero el verdadero golpe lo tuvieron las localidades aledañas a la costa como Las Cruces. 

“(El crimen) viven de la población, de la explotación de la población y de la corrupción”, señaló Santander. “En una zona de crisis, donde vamos a intentar reconstruirla con un montón de recursos de la Federación, también puede implicar justamente desvíos millonarios”. 

El desastre: huracán, saqueos y la búsqueda de la seguridad

Pablo también trabaja como vigilante. El día del huracán tenía guardia nocturna y tuvo que quedarse encerrado en una caseta toda la noche, mientras veía caer las tejas de las casas. “No salía para nada, ya al otro día me fui para la casa, no había ni transporte, cuando llegué vi que todo estaba en ruinas”, explicó. 

Las guardias empezaron a organizarse casi de inmediato. A 20 minutos, en el centro de Acapulco, ya comenzaban los saqueos de tiendas departamentales. La costera también estaba en ruinas. 

“Esta parte de la manzana, donde estamos, casi todos nos ponemos dos o tres o cuatro en guardia para estar cuidado”, señaló. 

Los cambios son cerca de la 1:00 o 2:00 de la madrugada, pero los lugareños consideran que estos robos no son perpetrados por el crimen organizado, sino por propios habitantes de la zona que se han quedado sin sustento y vivienda. 

En un estado de crisis como éste, dijo Santander, los grupos vulnerables están propensos al reclutamiento, la extorsión y la migración por parte del crimen organizado. 

“Si el gobierno no me resuelve, no me ayuda, yo veo la manera de hacerlo”, dijo. “Espero que no tengamos después también esta cuestión de la extorsión por préstamos, que la gente no tiene dinero y requiere préstamos rápidos (...) acabas pagando a fin de cuentas. Tal vez eres dueño de un terreno, eres dueño de un negocio y eres dueño de una casa (entonces esto) puede justamente llevarte a situaciones mucho más peligrosas”. 

Aunque Pablo y Rogelio refirieron pérdida total de sus pertenencias, hasta la fecha no han tenido que recurrir a un contacto con estos grupos. Los condóminos y algunos vecinos los han ayudado a subsistir, mientras esperan la llegada del apoyo prometido por el gobierno…porque no, Acapulco no sólo es la costera, aseguran.