El pueblo de Cuanajo, en Michoacán, se viste de misticismo y tradición durante la Noche de Muertos. En esta celebración única, las ánimas llegan a galope para encontrarse con los vivos en un ambiente cargado de espiritualidad.
Cuanajo es conocido por su comunidad de artistas de la madera y la carpintería, quienes elaboran hermosos altares y ofrendas para honrar a sus seres queridos que han partido.
Olor a cempasúchil
En esta festividad ancestral, las calles se iluminan con velas y faroles, mientras que el aroma de las flores de cempasúchil inunda el aire. Las familias se reúnen alrededor de altares adornados con fotografías de los difuntos y objetos que solían pertenecerles.
Las ofrendas incluyen platillos tradicionales, como el pan de muerto y el atole, que se comparten con las ánimas que regresan.
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Cabalgatas a la medianoche
El protagonista de esta celebración es el caballo, símbolo de respeto y reverencia. Los jinetes, vestidos con trajes típicos, realizan cabalgatas a la medianoche por las calles del pueblo, escoltando a las ánimas en su retorno. La música de banda y los sones tradicionales llenan el ambiente, creando una atmósfera festiva.
Cuanajo se ha convertido en un punto de encuentro para los viajeros que desean experimentar la autenticidad de la Noche de Muertos en Michoacán. Aquí, las tradiciones y creencias se entrelazan en una celebración que honra la vida y la muerte en un ambiente lleno de magia y espiritualidad.