En México, 3.7 millones de personas entre los 5 y 17 años están inmersos en el trabajo infantil, lo que equivale al 13.1 por ciento de la población total de ese rango de edad, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De esa cifra, 2.1 millones de niños, niñas y adolescentes desempeñan ocupaciones no permitidas, es decir trabajos prohíbidos u ocupaciones peligrosas, como construcción, minas, sector agropecuario, bares, cantinas y otros. Mientras que 1.9 millones realizan trabajos domésticos no adecuados, como limpieza de vivienda o cuidado de personas del hogar.
Los cinco estados con la tasa de trabajo infantil más alta son Guerrero, con 24.5 por ciento; Chiapas, con 20.8 por ciento; Nayarit, con 19.1 por ciento; Oaxaca, con 18.5 por ciento, y Michoacán, con 18 por ciento.
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Las cinco entidades con las tasas más bajas son Ciudad de México, con 4 por ciento; Coahuila, con 6.4 por ciento; Baja California, con 6.5 por ciento; Quintana Roo, con 6.9 por ciento, y Querétaro, con 7.1 por ciento.
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Guerrero también es la entidad que tiene la tasa más alta en infancias y adolescencias que realizan ocupaciones no permitidas, así como trabajos peligrosos, con 15.2 por ciento y 14.1 por ciento respectivamente.
¿En qué actividades trabajaron infancias y adolescencias?
Los sectores relacionados con ocupaciones no permitidas en los que se ejerció el trabajo infantil son agropecuario, con 33 por ciento; servicios, con 23.2 por ciento; comercio, con 21.5 por ciento; industria manufeacturera, extractiva, electricidad, gas y agua, con 12.5 por ciento, y construcción, con 7 por ciento.
La mayoría de las niñas y adolescentes que desempeñaron alguna ocupación no permitida lo hicieron en el sector del comercio, con 32.3 por ciento, y en el caso de los niños y jóvenes fue en el agropecuario, con 39 por ciento.
Además, el 63.1 por ciento de niños, niñas y adolescentes indicaron que desempeñaron ocupaciones peligrosas durante 2022; el 57.5 por ciento dijo que las labores que realizaban afectaron su salud y desarrollo, y el 54 por ciento se ocupó en actividades peligrosas.
El 31.5 por ciento de las infancias y adolescencias encuestadas por el Inegi señaló que el motivo principal para desempeñar alguna ocupación no permitida fue por gusto o por ayudar; 22.7 por ciento para pagar la escuela o sus propios gastos y 15.2 por ciento para aprender un oficio.
El 62.3% de los hogares con trabajo infantil tuvieron que lidiar con precios elevados de alimentos
El Inegi también encontró que los hogares con trabajo infantil se enfrentaron a distintos problemas graves o muy graves en los últimos tres años.
El 62.3 por ciento de los hogares con trabajo infantil apuntó que enfrentaron precios elevados de los productos alimenticios; 18.8 por ciento a enfermedad grave o accidente de un miembro del hogar; 13.9 por ciento pérdidas de ingresos por un trabajo remunerado y 9 por ciento a pérdidas de ingresos por negocios familiares.