En México, el huachicol, nombre con el que se conoce generalmente al robo de combustible mediante la apertura de tomas clandestinas, se extiende también a otros líquidos, como es el caso del agua, que los criminales roban directamente de los ductos de agua con ayuda de un taladro, unos bidones y una camioneta, una calca del robo de gasolina.
Según el reportaje "Huachicoleros del agua", realizado por Connectas y el diario El Economista, aunque hay casi un centenar de carpetas de investigación abiertas por este delito al menos 8 estados del país, hasta julio de 2022 no se había dictado ninguna sentencia por el tema.
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"Son 96 carpetas de investigación que se han abierto en los últimos años. Se han abierto investigaciones en ocho estados; sin embargo, pues ninguna ha llegado a alguna sentencia. En muchos estados este delito todavía es considerado no grave, aunque es de alto impacto porque en realidad a quien le afecta es a las personas de a pie", comentó Héctor Molina, uno de los autores del trabajo.
Incluso, detalló que de esas carpetas, prácticamente la mitad, unas 50, fueron desestimadas por las fiscalías estatales por considerar que no había pruebas para sostenerlas.
En entrevista para "Atando Cabos" con Liz Rangel y Miriam Castillo, el periodista de El Economista detalló que los vecinos de las zonas donde se da el huachicoleo de agua dijeron sentirse más cómodos con tener un vecino que se dedique a esta actividad que seguir con el suministro de agua ordinario por parte de las autoridades.
"Cuando platicamos con ellos y preguntamos si sabían (del huachicoleo del agua), reconocen que existe el problema pero prefieren eso: tener un vecino o un conocido huachicolero que en momentos de escasez les ayuda a conseguir el agua. Porque las autoridades en realidad no los escuchan y, por otra parte, el agua que les llega a sus domicilios, cuando a veces les llega, es de muy mala calidad", detalló el periodista.
¿Cómo se hace el huachicoleo de agua?
Según el autor de "Huachicoleros del agua", en el reportaje realizado en las zonas del Valle de México y Chihuahua, se identificaron dos formas de realizar este robo del líquido.
En el caso del centro del país, la forma en que se roba el agua es mediante la perforación de los ductos en zonas donde hay oca o ninguna vigilancia. A partir de estas perforaciones, se extrae el líquido y se guarda en bidones que se cargan en vehículos, generalmente camionetas, con las que luego se transporta y distribuye en las zonas de escasez.
"Se han adaptado vehículos al estilo de huachicolero de gasolina, son herederos totalmente de las técnicas", comentó el reportero.
Por otro lado, destacó que en el caso de Chihuahua identificaron que se hacen perforaciones mucho mayores. Si bien, normalmente se hacen aberturas de unas 4 pulgadas (10 centímetros de diámetro), para robar el agua para uso agrícola se perforan y con ayuda de taladros adaptados, se instalan tuberías de hasta 36 pulgadas (91 centímetros).
"El almacenamiento de agua para usos agrícolas, pican ductos de hasta 36 pulgadas con los cuales tienes que adaptar herramientas para poder picarlos. Pero al mismo tiempo de que los picas, no puedes controlar la presión del tubo porque es demasiada", advirtió Molina.
En ambos casos, refirió, en el huachicoleo de agua participan también grupos armados que presionan a las autoridades para dejarlos trabajar. Ello porque en la mayoría de los casos, los ayuntamientos son los responsables del suministro de agua y generalmente carecen de personal para los rondines para supervisar que no haya tomas clandestinas del líquido.