El sábado pasado, dos días después de su cuarto informe de Gobierno y con un triunfo parcial en la Cámara de Diputados con su reforma a la Guardia Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) proclamó otra victoria, esta en relación con la batalla legal que se gesta entorno al Tren Maya.
"Habrá Tren Maya", celebró el mandatario en su cuenta de Twitter. Ello porque según él, la obra se desarrolla con absoluto apego a la legalidad, con paciencia y con el apoyo de la gente, por lo que se reiniciaron los trabajos del Tramo 5, que en sus 2 segmentos va de Cancún a Tulum. "No procedieron los amparos en lo jurídico, en lo ambiental ni en lo social", insistió.
Y aunque los equipos legales de las organizaciones que cuestionan la legalidad de la obra continúan la batalla legal, es claro que al margen de lo que decidan o no los jueces, el proyecto insignia del gobierno de la 4T ha violado la ley ambiental; y no sólo no ha tratado de cumplirla, sino que se la ha brincado con artimañas legales.
Incluso, algunos argumentos que han dado los jueces para revocar las suspensiones a la obra y retomar camino carecen de fundamento y hasta parecen escritos por la propia autoridad responsable del Tren Maya, acusó la organización Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS).
Te podría interesar
La organización que promovió dos amparos y obtuvo sendas suspensiones para la obra entre abril y mayo pasado, insistirá en la disputa legal con la cuarta ampliación de la demanda contra la construcción del Tramo 5 Sur, que va de Playa del Carmen a Tulum.
De acuerdo con DMAS, el lunes el juez negó nuevamente la suspensión solicitada contra el Tramo 5 Sur del Tren Maya con un argumento "a modo" de Fonatur.
"Es de interés social que se efectúen construcciones que puedan representar un beneficio a la sociedad, siempre que las mismas cuenten ya con las licencias y autorizaciones respectivas", detalló.
Sin embargo, el reclamo de la organización ambientalista es muy claro: por un lado, las autorizaciones y licencias, de acuerdo con la Ley General de Equilibrio Ecológico, tienen que tramitarse antes de iniciar la obra, cosa que no ocurrió; y aunque ya se cuenta con la autorización de impacto ambiental (obtenida más de dos meses después del inicio de las obras), aún falta que se realicen los trámites de cambio de uso de suelo forestal.
"Lo cual también es previo y lo cual es atentar contra el equilibrio del medio ambiente", advirtió DMAS.
Este mismo lunes, la defensa de DMAS presentó la cuarta ampliación de la demanda contra el Tramo 5 Norte, donde si bien ya se cuenta con un resolutivo de impacto ambiental, el desmonte y despalme del territorio lleva varios meses antes de este permiso.
El documento resalta que las dos resoluciones de Semarnat en cuanto al impacto ambiental del Tramo 5 deben ser invalidadas.
"Porque violan el carácter preventivo de una evaluación de impactos ambientales debe tener. Son extemporáneos", resalta.
Tampoco hay estudios de suelo en el Tren Maya
En su revisión como parte de la ampliación de la demanda contra el Tramo 5 del Tren Maya, la organización ambiental, que representa a un grupo de buzos que se oponen a la destrucción del ecosistema porque afectará los cenotes y cavernas subterráneas de la región, detalló que además hace falta un estudio a profundidad de las condiciones del suelo de la zona donde se construye la obra.
"No se presentó un sólo estudio de mecánica de suelos ni estudios geofísicos o geohidrológicos para la evaluación", advirtió en un comunicado.
Además, recordó que estos análisis forman parte de las condicionantes que señaló la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para conceder la autorización de impacto ambiental de la obra del Tren Maya, misma que se tramitó de manera extemporánea y ya cuando la obra tenía más de 2 meses de haberse empezado.
Atentan contra cuevas, cenotes, el agua y la suelo y será irreversible
De acuerdo con el análisis de DMAS, el trazo del Tramo 5 del Tren Maya incumple con ordenamientos ecológicos locales que protegen cenotes y cuevas por donde corren ríos subterráneos y que forman parte del acuífero de la Península de Yucatán. Y que estos representan verdaderamente un interés social y son de orden público.
A lo que se suma una crítica que se ha realizado desde el inicio del proyecto pero que parece que las autoridades se niegan a escuchar: no se reconocen los impactos integrales y acumulativos de la obra, sino que se presentaron por separado para cada tramo. Incluso, se acusa que el Tramo 5 del Tren Maya se fraccionó "para cumplir con los tiempos del presidente".
"Si divides la obra o actividad para obtener varias autorizaciones, impides se evalúe todo el impacto ambiental completo y es inconstitucional, como lo señaló la Suprema Corte en el Amparo en Revisión 54/2021", afirmó DMAS en su comunicado.
Al respecto, cuestionó que la propia Semarnat en una conferencia mañanera presentó un documento en que se cuestionó el impacto del proyecto Calica en el suelo de la zona, misma por donde pasa el Tramo 5 del Tren Maya; pues se señala que las actividades de desmonte y despalme tiene impactos irreversibles.
"Considerando que la vegetación no se restablece hasta después de 300 años", advirtió el documento de Semarnat citado por DMAS. "La formación del suelo requiere miles de años y por eso, la Ley obliga a obtener un cambio de uso de suelo previo a las obras", comentó.
Por ello, la organización identificada como parte del movimiento Sélvame del Tren reprochó tanto al juzgado primero de distrito de Yucatán como al tribunal colegiado en materia de trabajo y administrativa décimo cuarto de distrito, que la semana antepasada rechazó una apelación por el caso, que se convertirán en cómplices de daños irreversibles al ambiente y de poner en riesgo de colapso a la obra.
"Dejando además un precedente violatorio del carácter preventivo fatal para todo el país", condenó el comunicado.
El gobierno de AMLO ha insistido en continuar con la obra a pesar de los obstáculos legales; incluso, ordenó declarar la obra como de seguridad nacional para continuar con su construcción. Y mientras se prometió que estaría concluida para finales de 2023, según el Cuarto Informe de Gobierno, ninguno de sus 5 tramos en construcción supera el 50 por ciento de avance.
Con estas condiciones, sumadas a los obstáculos legales, cabe preguntarse ¿habrá Tren Maya?