Septiembre es un mes que trae dolorosos recuerdos a miles de mexicanos, sobre todo por los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y de 2017, los cuales dejaron miles de víctimas. A raíz de esto, existe el temor de que un escenario similar o más catastrófico pueda suceder a causa de la llamada Brecha de Guerrero, ¿pero qué tan probable es?
En primer lugar es importante entender que las entidades ubicadas en el sur y sureste de México, tales como Guerrero y Oaxaca, se ubican en el límite de dos placas tectónicas: la de Cocos y la Norteamericana. Cuando estas grandes masas de tierra colisionan, generan sismos y terremotos de diferentes magnitudes; mientras que la zona centro es considerado un receptor sísmico, es decir, que las ondas se expanden a sitios como la Ciudad de México o el Estado de México.
¿Se avecina un gran sismo debido a la Brecha de Guerrero?
La Brecha de Guerrero sí puede ocasionar un sismo de gran magnitud y afectar la Ciudad de México, ya que lleva acumulando energía por 100 años, de acuerdo con una investigación desarrollada por Víctor Manuel Cruz Atienza, geofísico y sismológico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En colaboración, la Universidad de Kioto (Japón) y la UNAM han colocado una serie de sismómetros de fondo oceánico (OBS, por sus siglas en inglés) para medir la actividad de la llamada Brecha de Guerrero desde el año 2019. De ahí se determinó que la energía acumulada ocasionaría un sismo de gran intensidad que también afectaría a Morelos y el Estado de México.
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De acuerdo con una hipótesis compartida por Cruz Atienza a la agencia EFE, durante una entrevista realizada en noviembre de 2021, es probable que ocurra un sismo de magnitud ocho en la Brecha de Guerrero, en caso de que esta no libere la energía de 32 sismos magnitud siete a lo largo de varias décadas, "es más probable que ocurra uno de magnitud ocho en un futuro incierto pero cercano", dijo.
¿Qué puede evitar un gran sismo en la Brecha de Guerrero?
Las investigaciones hechas por la UNAM y la Universidad de Kioto tratan de averiguar si la Brecha de Guerrero, una franja sísmica de 130 kilómetros de largo, libera energía a través de los denominados 'sismos lentos', que son deslizamientos que se dan en las fallas geológicas, pero que no generan ondas sísmicas.
Los 'sismos lentos', que son imperceptibles para los sensores sísmicos y las personas, fueron descubiertos en 2001; se estima que en Guerrero ocurre uno cada 3.5 años. De ser así, la Brecha de Guerrero estaría liberando toda su potencia a 'cuentagotas' a través de los 'sismos lentos'.
Los científicos mexicanos y japoneses vieron truncada su investigación a causa de la pandemia por COVID-19, pero la han retomado para conocer el verdadero potencial de la Brecha de Guerrero. Si bien un terremoto no se puede predecir, los expertos consideran que saber la naturaleza de la brecha puede ser una ventaja y así crear planes de prevención en el futuro.
Con información de EFE