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Qué horror: temblores que duran más de 8 meses... y México los tiene

¿Ha oído hablar de los temblores lentos? ¿Sabías que ocurren en Guerrero y Oaxaca? Te contamos de qué se trata.

Sismo hoy: ¿Sabías que existen temblores lentos? Te contamos.Créditos: Ingrid Sainz
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Ya llegó el mes conocido como el de los temblores: septiembre... y esto genera nerviosismo entre las y los mexicanos; sin embargo, hay movimientos telúricos con una duración de ¿8 meses? Sí y se les denominan sismos lentos. Te contamos de qué se trata.

"(Estos movimientos de tierra) duran hasta seis u ocho meses y ocurren entre las placas tectónicas de Cocos (que es oceánica) y la de Norteamérica (que es continental), sin que los percibamos los seres humanos", detalla la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en su gaceta.

Además, explica que se dan en el sur del territorio con cierta periodicidad, esto es cada 3.5 años en Guerrero y 1.5 en Oaxaca.

Fuente: UNAM (cortesía de Víctor Manuel Cruz). 

Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica (IGf), aclaró que la mayoría se produce a mayor profundidad (sobre la interfaz de las placas) que donde suceden los terremotos potencialmente devastadores.

A través de una investigación publicada en la revista científica Nature Communications, el especialista indicó que los últimos cuatro terremotos en el país -con magnitud superior a 7 desde 2014- han sido precedidos de sismos lentos. Sin embargo, apuntó que no todos generan un terremoto.

"(Dichos sismos) fueron antecedidos por la ocurrencia de uno lento. Eso sugiere que hay una interacción preponderante entre ellos, pero no suficiente para garantizar la ruptura de uno mayor. Esto es cierto, al menos, con nuestra capacidad de observación actual”, explicó.

¿Un sismo lento puede convertirse en un terremoto?

En su indagación, el equipo de investigadores encabezado por Cruz Atienza señaló que los eventos lentos -más profundos que los devastadores- pueden llegar a ser terremotos grandes por la acumulación de tensión que produce su deformación en zonas acopladas de la interfaz de placas, conocidas como asperezas.

“Pareciera que la iniciación de un sismo grande tiene como condición necesaria la ocurrencia de uno lento, pero esa condición no es suficiente ni por lo tanto garantía de que así sea. Los lentos son, por ende, un factor preponderante pero no el único, hasta donde hemos sido capaces de ver en la naturaleza”, aclaró el investigador.

Otra hallazgo que se reporta en la revista científica es que el temblor del 7 de septiembre de 2017 -magnitud 8.2- perturbó fuertemente el ciclo de los sismos lentos a escala regional, tanto en Guerrero como en Oaxaca.

Esto generó una "sucesión extraordinaria de (sismos) lentos que, a su vez, ocasionaron los terremotos de Puebla-Morelos que devastaron Ciudad de México y sus alrededores el 19 de septiembre de 2017, y de Pinotepa Nacional, el 16 de febrero de 2018", señaló la UNAM en su gaceta.