Es algo difícil definir la confianza y más todavía entregársela a alguien. A veces confiamos en familiares, algunos amigos, nuestra pareja, pero ¿te habías preguntado qué tanto confías, no sé, en el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO)?
Pues el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) sí. En una encuesta previa al Cuarto Informe de Gobierno, la casa encuestadora encontró que hasta ayer 31 de agosto de 2022, 48 por ciento, menos de la mitad de los mexicanos le confiarían las llaves de su casa a AMLO.
En contraste, los menores niveles de confianza en el presidente se dieron entre mayo y junio de 2020, cuando comenzaba la nueva normalidad a raíz de la pandemia de COVID-19.
La pregunta que realiza la encuesta es: "Cambiando de tema, dígame, por favor, si usted tuviera que salir de vacaciones, ¿usted le confiaría las llaves de su casa al Presidente Andrés Manuel López Obrador?".
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¿Esto que quiere decir? Bueno, puede entenderse como la confianza personal, como si se tratara de un amigo o un conocido para dejarle una misión muy importante para nosotros, a sabiendas de que tomaría las mejores decisiones con ese poder.
En este caso, parece predecible y hasta lógico que no se le tenga ese nivel de confianza a una persona como el presidente AMLO, a quien difícilmente conocemos en persona o con quien apenas tenemos trato; y por supuesto, de quien si bien sabemos muchas cosas, queda claro que no es alguien de quien nos podamos fiar al 100. Para muestra están algunas de sus expresiones.
Pero por extraño que parezca, hubo un momento en que prácticamente 7 de cada 10 mexicanos consideraron que el presidente era tan confiable como para entregarle incluso las llaves de su hogar.
¿Cuándo los mexicanos le confiaban a AMLO hasta su casa?
Tanto la aceptación como la popularidad del presidente AMLO han caído conforme avanza su gobierno. Si bien en enero de 2019 presentaba una aceptación de 86 por ciento en su primer mes de gobierno, esa cifra cayó en picada durante los primeros 15 meses de su gobierno, hasta estabilizarse alrededor de los 58 puntos porcentuales.
Algo similar pasó con la opinión positiva en torno al presidente, pues si bien por los primeros meses concentraba el 80 por ciento de opiniones favorables, esa percepción cayó por debajo del 40 por ciento al inicio de la pandemia de COVID-19, tras lo cual se recuperó y estabilizó alrededor de 60 por ciento.
En el mismo sentido, la confianza en AMLO como para dejarle a cargo de las llaves de la casa alcanzó su tope en marzo de 2019, cuando cumplió sus primeros 100 días al frente del país, cuando 69 por ciento de las personas encuestadas dijeron que sí confiarían en el presidente. ¿Qué pasaba entonces?
El día que 70% de los mexicanos confiaban en AMLO
En aquel primer informe, el 11 de marzo, el presidente presumió que ya había visitado las 32 entidades del país, además de que resaltó tres reformas aprobadas hasta entonces: cambios a la Ley de Extinción de Dominio para expropiar bienes supuestamente vinculados a la corrupción y la violencia.
Un segundo cambio al Código Penal Federal para considerar delitos graves actos de corrupción, el robo de combustible y el fraude electoral.
Mientras que el tercer gran cambio legal fue la aprobación a nivel federal y en la mayoría de las entidades la reforma para crear la Guardia Nacional, que empezó a operar a mediados de ese año.
Además, en ese momento aún estaba lejos la pandemia de COVID-19, mientras que la inflación se mantenía en niveles manejables de 4 por ciento anual, es decir, aún dentro del rango objetivo del Banco de México.
Por otro lado, los precios de los combustibles eran asequibles, con precios de entre 19 y hasta 22 pesos tanto Magna como Premium; mientras que ese marzo fue el segundo con menor cantidad de homicidios para un tercer mes en el sexenio, sólo superado por marzo de 2022. Es decir, la violencia en el país aún no estallaba.
Mientras que hasta ese momento, la mayor crisis que había enfrentado el gobierno de AMLO era la explosión de una toma clandestina a un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, donde murieron 137 personas al ser alcanzadas por el combustible. Ello seguido por la escasez de combustible presentada a inicios de 2019 que causó desabasto de gasolinas en el norte y centro del país. Desde entonces el resto es historia, la historia que explica la caída de confianza en el presidente.