En México 87 mil 436 niñas, niños y adolescentes desaparecieron desde 1964 hasta la fecha. Son varios los factores que inciden en que haya más desaparecidos menores de 18 años y que involucran a varios actores, así como tipos de modus operandi. Entre los que se encuentran el secuestro, la trata de personas y la explotación sexual, de acuerdo con el informe Infancia Cuenta en México 2022: Niñez y desapariciones de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
Además, la delincuencia organizada utiliza la pobreza; las condiciones precarias de vida, marcada por las desigualdades; la deserción escolar o falta de acceso a la escuela; el consumo de drogas y la falta de oportunidades para niñas, niños y adolescentes para reclutarles e integrarles a organizaciones criminales.
El documento reveló que las redes sociales funcionan como una herramienta de convencimiento que “forma parte parte de un proceso de reclutamiento permanente”.
“Hay que poner especial atención a cómo las redes sociales son un espacio en donde las infancias están comunicando sus gustos e intereses y hay redes (criminales) que usan Instagram y TikTok, principalmente”, advirtió la periodista Paula Mónaco, quien colaboró en el informe.
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En esta modalidad de reclutamiento también se incluyen actividades lícitas donde se les paga menos por más tiempo, pero expone a las infancias a otras formas de explotación, según la periodista.
Asimismo, hay desapariciones que son producto de las violencias que las infancias viven dentro su hogar. Lo que provoca que ese sea un factor expulsor como estrategia de sobrevivencia, pero que puede arrojarles a ser víctimas de la delincuencia organizada y también están las que pueden producirse por la sustracción a manos de unos de los padres o madres.
El informe advierte que el Estado mexicano está obligado a ampliar las investigaciones para conocer qué sucede mientras las víctimas estaban desaparecidas. Ello, debido a que las carpetas de investigación se cierran cuando los menores desaparecidos son localizados y el 79.9 por ciento de los infantes aparecen con vida.
Por lo que se desconoce lo que ocurre mientras están desaparecidos y “poco se puede prevenir para que esa cifra siga creciendo”.