La pechuga de pavo y el jamón de pavo provienen, como su nombre lo dice, del mismo animal, sin embargo, tienen algunas diferencias que hacen que las personas prefieran comprar un producto u otro.
En primer lugar, la pechuga de pavo es carne que proviene del pecho del animal, mientas que el jamón de pavo es exclusivamente del muslo, según la información de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Otra de las diferencias entre los embutidos es que la porción de pechuga de pavo contiene menos calorías en comparación con una porción de jamón.
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En ese sentido, la cantidad de grasa es una de las principales diferencias, ya que la porción del jamón de pavo tiene 0.5 gramos de grasa, mientras que la pechuga de pavo no tiene grasa, pues se considera un corte magro.
Por otra parte, en cuanto a las proteínas, la porción de pechuga de pavo tiene más gramos que la porción de jamón de pavo.
Esto no quiere decir que una sea mejor o peor que otra, pues ambas son opciones saludables para preparar comidas y las diferencias son pocas. Lo que es cierto es que es una alternativa deliciosa y sana, ya sea el jamón o pechuga de pavo.
A diferencia de otros jamones hechos de cerdo, o los que combinan varias carnes y soya, el pavo es una de las mejores opciones del mercado, por tener menor cantidad de grasa y calorías.
En México, hay diferentes tipos de jamón que pueden ser de puerco, de pavo y combinaciones entre las carnes de ambos animales, priorizando alguno de ellos.