Fátima y Viridiana Castillo, dos jóvenes hermanas zacatecanas, han padecido un verdadero calvario luego de ser vinculadas, detenidas y encarceladas por supuestamente estar involucradas en el homicidio de cinco estudiantes asesinados en febrero en la zona de tolerancia de la capital de Zacatecas, tan sólo por estar en el lugar y el momento equivocados.
El pasado 11 de febrero, cinco estudiantes, cuatro hombres y una mujer, fueron privados de la libertad y brutalmente asesinados luego salir de un centro nocturno ubicado en una de las regiones más peligrosas de la capital zacatecana.
Te podría interesar
Una sexta joven que se encontraba con las víctimas la noche del ataque logró sobrevivir a la agresión, por lo que su testimonio fue retomado por autoridades zacatecanas para iniciar con las indagatorias correspondientes en torno a este caso; sin embargo, sus declaraciones no implicaban a las hermanas Castillo.
Cinco días después de dicho ataque, la fiscalía dio a conocer la detención de Fátima y Viridiana Castillo, de 18 y 34 años de edad respectivamente, quienes presuntamente habrían estado vinculadas a la desaparición y homicidio de los jóvenes; sin embargo, su único “delito” fue estar en el lugar y el momento equivocados.
Te podría interesar
Fátima, la menor de las hermanas, acusó a la Fiscalía zacatecana de utilizarlas como chivos expiatorios para intentar ocultar su falta de resultados, al tiempo que hizo un llamado al presidente Andrés Manuel López obrador (AMLO) para que intervenga en este caso, en entrevista con Ciro Gómez Leyva para el noticiero “Por la Mañana” de Grupo Fórmula.
“Lo que quiero es que se le haga justicia a mi hermana Viridiana porque es inocente; también quiero que el presidente Andrés Manuel López Obrador abra este caso para que se le haga justicia a mi hermana”, dijo.
Hermanas acusan irregularidades en el caso de estudiantes asesinados en Zacatecas
Fátima insistió en que ella y su hermana Viridiana no están involucradas en ninguna forma en el asesinato de los estudiantes zacatecanos y aseguró que lo único que las relaciona es que ellas vivían en el mismo inmueble en el que se perpetró este atroz crimen.
Explicó que ambas vivían en el tercer piso de un hotel que se ubica en la zona de tolerancia de Zacatecas, mismo inmueble en el que fueron encontrados los restos de cuatro de los estudiantes asesinados, aunque ellos fueron hallados en el segundo piso.
También denunció que autoridades ministeriales la detuvieron de forma ilegal e incluso le sembraron droga para justificar su detención y poder relacionarla con dicho homicidio.
La joven contó que cinco días después de que se perpetró este crimen, el 16 de febrero, un grupo de hombres armados irrumpió en su domicilio y lo revisó de arriba abajo, esto a pesar de no contar con una orden de aprehensión ni de cateo.
Recordó que durante la inspección a su domicilio, algunos de los agentes la llevaron a otra habitación para hacerla firmar documentos en los que le informaban que su celular le sería incautado, para posteriormente regresar y darse cuenta que le habían sembrado drogas.
“Me vuelven a llevar a la habitación donde me encontraba y veo pequeños paquetes en uno de los burós que yo desconocía en ese momento, porque nunca habían estado ahí y no pertenecían a nosotros. Ahora sé que se trataba de droga”, acusó.
Posteriormente, Fátima fue presentada ante la Fiscalía zacatecana y procesada por el delito de narcomenudeo; sin embargo la acusación en su contra no procedió, por lo que fue puesta en libertad.
Pero al momento de salir de las instalaciones de la Fiscalía, Fátima y Viridiana Castillo recibieron una orden de aprehensión en su contra, por lo que ambas fueron trasladadas al Cereso femenil en Cieneguillas, Zacatecas, considerada como una de las más peligrosas de América Latina.
La menor de las hermanas explicó que dichas órdenes de aprehensión fueron giradas luego de que policías ministeriales encontraron un par de controles remotos para abrir portones eléctricos dentro del automóvil de Viridiana.
El periodista Humberto Padgett detalló que uno de los dispositivos pertenecía al domicilio de la joven en Guadalupe, Zacatecas, y el otro servía para ingresar al edificio de la zona de tolerancia en la que fueron hallados los cuerpos de los estudiantes, lo que fue justificación suficiente para que la Fiscalía la vinculara al caso, pues uno de los vehículos de las víctimas fue encontrado al interior del inmueble.
EL pasado 23 de febrero se llevó a cabo la audiencia en la que Fátima obtuvo su libertad, sin embargo, su hermana Viridiana aún permanece recluida en el Cereso de Cieneguillas.
“Mi hermana está desecha; no la he visto pero sí he tenido comunicación con ella a través de llamadas. Ella llora porque ella es inocente; ella no buscó pasar por esta situación, no buscó esto que le está pasando”, expresó.
Hermanas insisten en que no hay pruebas en su contra
Fátima aseguró que no existe ninguna prueba que pueda relacionarlas a ella o a su hermana Viridiana en el asesinato de los cinco estudiantes en Zacatecas, por lo que insistió en que un peritaje podría demostrar que son inocentes.
Recalcó que ninguna de las dos fue señalada en el testimonio de la única sobreviviente del ataque de haber participado en este crimen, además de que no existen videos, mensajes, ni ninguna otra prueba que pudiera demostrar que estuvieron involucradas.
Por lo anterior, la joven insistió en que un peritaje al control que fue encontrado en el auto de su hermana podría demostrar su inocencia, pues así se demostraría que el dispositivo ni siquiera funciona, hecho que podría exonerarla.
Sin embargo, acusó a la Fiscalía zacatecana de retrasar el proceso y de utilizarlas a ambas como chivos expiatorios para justificar su falta de resultados en el combate a la violencia en el estado.
“Ya es un caso político, ya se está haciendo muy largo este proceso, porque el fiscal sabe que nosotros somos inocentes que él al tener tanta presión por los cinco estudiantes él nos tomó como sus chivos expiatorios al detenernos y ahora no quiere aceptar su ineptitud”, aseveró la joven.
Las hermanas Fátima y Viridiana Castillo fueron arrestadas y acusadas de haber participado en el asesinato de cinco estudiantes de Zacatecas sólo por haber estado en el lugar equivocado y el momento equivocado.