Tras reportes de pilotos sobre ´líos' en el espacio áereo mexicano, uno de los pasajeros a los que les ha tocado vivir cómo un avión que estaba a punto de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y volvió a tomar altura, fue Bruno Moya, quien relató su experiencia para Atando Cabos.
Explicó que viajaba junto con su novia en un avión de la aerolínea Volaris, venían desde Cancún en un vuelo retrasado e iban a aterrizar en la Ciudad de México.
Te podría interesar
Esto ocurrió el pasado 7 de mayo, cerca de las 9 de la noche; fue en un plazo cercano al momento de otro incidente en el que hubo un acercamiento entre 2 aviones de la misma aerolínea durante el despegue y aterrizaje de dichos vuelos.
El pasajero que iba en el vuelo desde Cancún, contó que vieron por la ventanilla como se acercaban a tocar el piso en la pista del AICM, cuando “de un momento a otro” la aeronave se volvió a elevar.
Te podría interesar
“Empezó a sonar un ruido muy agresivo, como si se estuviera forzando el avión, no tengo conocimiento técnico, pero ese ruido jamás lo había escuchado en mi vida y el avión se fue vertical hacia arriba”, contó en entrevista con Grupo Fórmula.
Dijo que no pudieron ver si había otro avión en la pista que impidiera el aterrizaje.
Señaló que en el avión viajaban varios niños, por lo que había ruido constante en la aeronave, pero cuando volvió a tomar altura el avión, señaló que el ambiente cambió.
“Se cortó la respiración, fue un silencio sepulcral y se sentía el nerviosismo a unos niveles que no había vivido en mi vida”, expresó.
Consideró que el piloto tardó en informales de lo que estaban viviendo, lo que dejó en silencio a los pasajeros por unos minutos, incluyendo al personal de la aerolínea, según expreso.
Luego relató que el piloto les indicó que habían tenido un “aterrizaje fallido por mal clima”, por ello, dijo, iban a cambiar la ruta para entrar por el sur de la CDMX. Sin embargo, Bruno aseguró que no percibió que hubiera tales condiciones climatológicas.
Cuando al fin pudieron aterrizar y “tocar tierra” dijo que toda la tripulación aplaudió, como si ello fuera un homenaje.
“Fue un minuto en el que no cesaban los aplausos y se sentía que la gente estaba con eso liberando la tensión que sintió”, contó.
Bruno hizo un llamado para reconocer el trabajo de los pilotos que por alguna razón han tenido que enfrentar o sortear una situación en el espacio aéreo mexicano; también pidió “consecuencias” para las o los responsables de que ocurran incidentes que pueden ser considerados de riesgo.