Aunque muchos creen que la jornada laboral de ocho horas al día por cinco días a la semana fue producto de una simple ocurrencia, en realidad es el fruto de una serie de exigencias históricas que se han encargado de moldear el sistema legal con el paso de los años.
El origen de esta jornada laboral ocurrió durante la Revolución Industrial de los siglos XVIII y XIX, la cual, surgió ante la inconformidad de las largas jornadas de trabajo y las precarias condiciones en las que laboraban los obreros en las fábricas.
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Y es que en Gran Bretaña, las actividades laborales tenían una duración de 16 horas o más, además las condiciones de trabajo no tenían regulación ni control, por lo que deterioraban la salud, el bienestar y la moral de los trabajadores.
Fue gracias al empresario británico Robert Owen, quien impulsó en 1810, la jornada de ocho horas de trabajo en todo el mundo, incluso se le acuña la conocida frase de “ocho horas de trabajo, ocho horas de recreo, ocho horas de descanso".
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Sus ideas motivaron a más empresarios, por lo que paulatinamente regularon sus horarios de trabajo hasta que la jornada de ocho horas fue instituida.
Las exigencias por tener una vida laboral digna y no pegada a la esclavitud llegó a Estados Unidos, donde el 1 de mayo de 1867 trabajadores de Chicago marcharon para exigir jornadas laborales menos largas. De esta forma, el presidente Andrew Jackson promulgó la Ley Ingersoll, la cual, acortaba el tiempo laboral de los empleados federales y del sector de las obras públicas.
Sin embargo, el 1 de mayo de 1886 volvió a ocurrir una manifestación para exigir una jornada de ocho horas, las protestas llevaron a la realización de actos violentos, por lo que hubo varios fallecidos, suceso que fue denominado la Revuelta de Haymarket, ocurrida el 4 del mismo mes en Chicago.
Dicho acontecimiento fue considerado como uno de los momentos que definió la aplicación de una jornada de ocho horas para los trabajadores de Estados Unidos.
¿Quién impulsó en México la jornada de 8 horas?
En el caso de nuestro país, la jornada laboral de ocho horas se la debemos a Ricardo Flores Magón, quien fue figura clave para que los trabajadores mexicanos también gozaran de un menor tiempo de trabajo.
Para ello, también se suscitaron una serie de protestas como la Huelga de Río Blanco o la Huelga de Cananea el 1 de junio de 1906, en Sonora. En el que los mineros mexicanos se organizaron bajo la influencia y ayuda de los hermanos Flores Magón debido al incremento de las horas laborales, sin aumento de sueldo.
También se manifestaron porque los trabajadores no podían acceder a asensos o incluso su paga se realizaba en pesos cuando los trabajadores de origen estadounidense cobraban en dólares.
De tal forma Flores Magón, a través del Programa del Partido Liberal Mexicano fue quien propuso una jornada laboral de ocho horas, así como otras prácticas que se mantienen hasta ahora como es el salario mínimo, el descanso dominical obligatorio y el pago de indemnizaciones en caso de un accidente de trabajo.
Es así como en la Constitución Mexicana de 1917 se estableció en el artículo 123, una jornada máxima de ocho horas o de siete horas para el trabajo nocturno.
“La jornada máxima de trabajo nocturno será de 7 horas. Quedan prohibidas: las labores insalubres o peligrosas, el trabajo nocturno industrial y todo otro trabajo después de las diez de la noche, de los menores de dieciséis años”, se menciona en el artículo.