La Guardia Nacional no puede realizar tareas de seguridad pública cuando el 80 por ciento de sus elementos, 90 mil de 113 mil, son militares que están adscritos a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de acuerdo con Guillermo Valdés, exdirector del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
El especialista y analista en materia de seguridad explicó, en entrevista con Ciro Gómez Leyva en Por la Mañana, que el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó constituir dicha dependencia como una corporación militar; sin embargo, modificó la propuesta y se le dio el carácter de Guardia Civil, adscrita a la Secretaría de Seguridad Pública y Ciudadana.
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“El problema cuando pones al Ejército a hacer tareas de seguridad es que ellos no están formados para ser policías”, pues su lógica es matar a sus enemigos, señaló en entrevista con Ciro Gómez Leyva en Por la Mañana.
Por lo que están en constante contradicción porque la instrucción presidencial no es perseguir a los criminales, sino “abrazos, no balazos”.
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Un ejemplo es que Apatzingán, en Michoacán, estaba controlada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y 100 metros adelante había un retén de la Guardia Nacional, pero los agentes no podían actuar.
“El problema de seguridad es serio porque con esta institución formada bajo esa lógica militar y con la instrucción de no intervenir, tenemos un problema creciente de violencia y de agrupaciones criminales apropiándose del territorio”, añadió.
Asimismo, advirtió que el siguiente gobierno va a heredar una corporación con varios problemas porque es una institución militar que no cuenta con la capacidad de ejercer tareas policiales.
El especialista opinó que si la iniciativa de AMLO para devolver la Guardia Nacional a Sedena se aprueba, la militarización de la seguridad pública va a continuar, medida que la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazó el sexenio pasado por considerarla constitucional.