Tal vez sea la primavera, tal vez sea el Corona Capital de Guadalajara, pero el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, a dos meses de su inauguración, se comienza a llenar.
En los filtros de seguridad, como en todo aeropuerto, la gente se pelea por los artefactos que no le dejan meter: enjuagues bucales, perfumes y desodorantes.
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Los pasajeros hacen rabietas porque los hacen tirar muchos de sus objetos personales.
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A dos meses de su inauguración el AIFA comienza a lucir cada vez más lleno. En la mañana del 21 de mayo, el vuelo que va hacia Guadalajara está prácticamente lleno.
La mayoría son jóvenes (y no tan jóvenes) que van al Corona Capital de Guadalajara. Ergo, abundan los tatuajes, los piercings y las selfies para las redes sociales.
Después de todo, es el primer gran aeropuerto de México que se inaugura en la era de Twitter, Facebook e Instagram.
“Fuera de broma, sí está chido el aeropuerto”, dice una joven con falda rosa y chamarra de mezclilla.
La razón le asiste: pese a las críticas y la diatriba, la terminal aérea es agradable a la vista. Quizá la más impresionante del país y erigida en tiempo récord.
El meme de que es una central avionera queda sepultado entre la magnitud de la obra.
Hay que reconocer, sin embargo, que pese a que cada vez hay más gente, el aeropuerto sigue sintiéndose semivacío. Muy espacioso. Con grandes espacios esperando a ser llenados.
La mayoría de los locales están sin ocupar, con números para marcar con la finalidad de que se renten: “Local en renta… AIFA S.A. de C.V.”
Unos pastes Kikos y una librería del Fondo de Cultura Económica son un oasis comercial en medio de comercios esperando a ser ocupados.
También hay un Krispy Kreme y una tienda de conveniencia. Así como un Subway cuyos empleados limpian de forma apresurada los utensilios de los futuros compensables. Hay varios locales ya. Todos alejados entre sí.
Poco a poco los espacios de las aerolíneas comienzan a poblarse. Sin embargo, no existen las aglomeraciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
“El AIFA está muy lejos”, dice un treintón que usa su gorra como abanico. Porque el aire acondicionado anda apagado y el calor anda bravo.
Pese a que el aeropuerto es grande y bonito, llegar a él sigue siendo una calamidad. La México-Pachuca, aunque es sábado, tiene un tránsito equiparable al de Viaducto entre semana.
El vuelo más lleno va hacia Guadalajara. Chavos y no tan chavos aprovechan los vuelos baratos para ir al Corona Capital. Y de paso conocer el aeropuerto estrella de la Cuarta Transformación.