Los médicos mexicanos no han aceptado muchos de los empleos disponibles en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) porque la institución no brinda condiciones de estabilidad laboral y seguridad.
De acuerdo con la periodista Miriam Moreno, algunos de los 20 mil médicos contratados para la atención de la pandemia de COVID-19 y posteriormente despedidos, han decidido no aceptar los empleos disponibles para desempeñar su trabajo en diversas localidades de Puebla, Querétaro, Guerrero, Estado de México, Oaxaca o Tamaulipas.
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A pesar de que los empleos ofrecidos por el Insabi ofrecen salarios altos, de hasta 37 mil pesos mensuales como médico general, se trata de trabajos inciertos que pueden o no renovarse cuando concluyan los cuatro meses del contrato inicial.
Por otro lado, muchos de los médicos optan por no trasladarse a comunidades lejanas e inseguras por temor a ser víctimas del crimen organizado.
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Algunos de los médicos del Insabi que fueron asignados en el Estado de México relataron a la periodista que, si bien el trabajo fue bueno, su gran tragedia fue la delincuencia organizada, razón por la cual no regresarán a ese tipo de empleos.
Para quienes son responsables de una familia, desplazarse a otra localidad representa un gran reto, más aun cuando el Insabi no brinda apoyos de traslado y vivienda.
En pocas entidades, como en Nayarit, los hospitales han desarrollado unidades de vivienda para el personal médicos.
Los 20 mil médicos mexicanos que contrató Insabi durante la pandemia fueron despedidos en diciembre de 2021, estuvieron desempleados en enero y fueron contratados nuevamente en febrero, pero con contratos de 3 meses.
La situación de los médicos cubanos que contratará el gobierno federal no será diferente: trabajarán en Tlapa de Comonfort, Guerrero, región con malas condiciones de seguridad, y podrían ejercer en un hospital Teletón, informó Miriam Moreno en Por la Mañana.
En México, en vez de trabajar en el Insabi, los profesionales de la salud prefieren poner consultorios privados pues les da mayor estabilidad, así como permanecer en la lista de espera para ingresar al sistema de salud federal.
Los médicos mexicanos están rechazando incorporase a las vacantes del Insabi por la existencia de contratos temporales, por la inseguridad, por deber asumir gastos de traslado por su cuenta y por tener familias que no podrían vivir en las zonas de trabajo.