A finales de marzo de este año, Laura y su familia regresaron a Sarabia, comunidad de la que fueron desplazados hace 9 meses, para visitar su casa.
Esa fue la primera vez que visitaron su vivienda desde agosto de 2021, cuando abandonaron su hogar y sus tierras por el incremento de la violencia e inseguridad que generaron las disputas entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa. Esta información forma parte de la investigación especial Los "fantasmas" de Jerez: Las casas y vidas que arrebató el narco.
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Laura no le contó a sus hijos que iban a visitar Sarabia, pero cuando lo hizo, su hija le expresó que tenía miedo y que no quería ir. A pesar de que una de las cosas que más le gustaban a la niña era bañarse en el arroyo.
“Mi niña tiene 2 años, yo no les había dicho que veníamos. La respuesta de mi niña fue: 'no, mami, shutan (me asustan) los malos'. Que no quería venir; como que ella trae en su corazoncito que aquí están los malos”, narró Laura.
Sarabia, Palmas Altas, Cieneguitas y Guadalupe Victoria son 4 de las 18 comunidades de desplazados en Jerez que Grupo Fórmula visitó y donde vivían 187 niños, niñas y adolescentes de entre los 0 y 14 años, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Ahí las infancias no sólo fueron desplazadas, también escucharon enfrentamientos entre narcos; atestiguaron ejecuciones; vieron a hombres armados entrar y salir de sus escuelas y los criminales intentaron sumar a algunos adolescentes a los cárteles con dinero, de acuerdo con el testimonio de sus padres, madres y maestros.
María, una de las desplazadas de Sarabia, contó que el terror que los narcos sembraron en su comunidad provocó que su hija menor desarrollara ansiedad nerviosa y ya no podía dormir.
Por ello, tuvieron que sacarla de la comunidad un mes antes de que toda la familia se fuera y empezó a tomar terapia psicológica.
Los niños desplazados normalizaron la violencia
Mónica, una de las maestras de las comunidades, opinó que la violencia e inseguridad que los niños, niñas y adolescentes vivieron les va a afectar de manera importante.
Esto se debe a que algunos normalizaron el entorno de violencia en el que vivieron durante un año aproximadamente.
“A la larga les va a afectar muchísimo psicológicamente porque están creciendo en un ambiente de violencia, en un ambiente en el que el agredir, el violentar es algo muy normal”, expresó a Grupo Fórmula.
La profesora llegó a escuchar que sus alumnos replicaban las conversaciones que escuchaban de sus padres con sus compañeros y hablaban de hechos violentos como si fuera algo normal.
Además, los niños, niñas y adolescentes dejaron de salir a jugar al campo y con sus amigos, tras la instalación de los narcos en sus comunidades.
Infancias desplazadas, expuestas a vulneraciones de sus DH
La coordinadora del área de desplazamiento interno forzado de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Brenda Pérez, explicó en entrevista con Grupo Fórmula que los niños, niñas y adolescentes son uno de los grupos que están expuestos a sufrir una vulneración y afectación desproporcionada de sus derechos humanos.
“Con el desplazamiento que tiene serias implicaciones para su vida, para su integridad física, para sus familias”, comentó.
El acceso a la educación es uno de los derechos humanos de la niñez que se vulnera cuando se encuentran en una situación de desplazamiento interno forzado por violencia.
Esto se debe a que muchos niños, niñas y adolescentes pierden la oportunidad de asistir a las escuelas porque tienen que abandonar sus comunidades.
Eso sucedió con los hijos de María, otra de las desplazadas de Sarabia, porque sus hijos tuvieron que abandonar sus estudios durante un tiempo. Actualmente ya están estudiando y por esa razón no saben si van a regresar a su comunidad, ya que no quieren que vuelvan a pasar por la misma situación.
“Ellos se ven obligados a tener que abandonar su escuela, sus estudios, para poder integrarse, desde edades muy tempranas, a la labor, al apoyo de la casa, a generar ingresos”, subrayó.
Asimismo, advirtió que en algunos lugares las infancias se enfrentan al reclutamiento forzado que los grupos armados del crimen organizado realizan en diferentes territorios.
Uno de los profesores de Sarabia declaró a Grupo Fórmula que se dio cuenta que algunos integrantes del narco ofrecían dinero a los jóvenes de la comunidad y en algunas ocasiones les prestaban sus vehículos.
Por lo que alertó a las madres de familia, ya que temía que esa fuera una estrategia para cooptarlos. De esa forma evitó que los adolescentes se adhirieran a las células del narco.
Hasta ahora, el gobierno estatal y municipal no han informado si elaborarán una estrategia para garantizar los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes; así como para combatir el rezago educativo o abandono escolar que pudo provocar el desplazamiento forzado interno de los habitantes de 18 comunidades.
El Proyecto Integral de Atención a Víctimas del Desplazamiento Forzado, que inició el pasado 15 de marzo, se ha concentrado en la estrategia de seguridad para garantizar que los desplazados puedan volver a sus hogares y la próxima semana iniciará la segunda fase; sin embargo, las autoridades no han informado qué van a hacer para reparar las violaciones de las que fueron víctimas las infancias.
Te invitamos a leer el reportaje completo "Los 'fantasmas' de Jerez: Las casas y las vidas que arrebató el narco" en nuestro micrositio.