Jerez es un pueblo mágico, no sólo por haber sido incorporado a ese programa turístico el 13 de septiembre de 2007. Tampoco lo es por ser la cuna del poeta Ramón López Velarde, quien dedicó algunas prosas a su tierra y paisanas. Ni siquiera por su Sábado de Gloria de semana santa que congrega a miles de turistas cada año.
Pero la irrupción de los grupos criminales en su tierra, como se da cuenta en la investigación "Los fantasmas de Jerez: las casas y las vidas que arrebató el narco", orilló a más de 2 mil personas a abandonar sus hogares y volverse desplazados, y estas fueron las consecuencias.
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Jerez, una tierra mágica que esconde a grupos delictivos
Jerez es una tierra mágica por su geografía. Desde peñascos milenarios que simulan atlantes eternos, hasta lagos y ríos que les permiten a sus pobladores tener cosechas abundantes para el comercio y alimentar el ganado.
Su ubicación hace que se encuentre a hora y media de Jalisco; a dos horas de Aguascalientes; a tres horas está Durango y a la misma distancia se encuentra San Luis Potosí. Trayectos que pueden acortarse entre caminos rurales y de terracería que sólo los jerezanos dominan.
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Caminos que, a testimonio de los entrevistados, nunca necesitaron de pavimentación ni ayuda del gobierno ni de la cabecera municipal porque ellos lo tienen todo.
Escuelas, tiendas de abarrotes, iglesias, talleres mecánicos, ferreterías, eran algunos de los servicios que se podían encontrar en las comunidades. Esos locales fueron vandalizados por dentro y por fuera por personas armadas que se identificaron como parte del Cártel Jalisco Nueva Generación primero, y después también del Cártel de Sinaloa.
El porqué del asentamiento y posterior disputa del territorio entre los cárteles en esa zona es algo que propios y extraños desconocen. Lo que sí saben es que los miembros de esos grupos se esconden en la serranía, entre los cerros, desde ahí observan a quiénes van y vienen de lugares como Cieneguitas, una de las 18 comunidades afectadas por el desplazamiento.
Robos y saqueos, motivos para abandonar Zacatecas
Es ahí donde levantaron sus campamentos, aseguran los habitantes de esas comunidades quienes reportan el robo de herramientas y maquinaria pesada. Las familias explican que, desde antes que abandonaran sus hogares, se convirtió en una constante la pérdida de tractores, motosierras, equipo de mecánica automotriz y vehículos.
“Aquí en esta comunidad a un vecino le robaron un tractor. A otro le robaron dos camionetas y a otra más le saquearon su casa. Al poco tiempo a otra vecina le robaron cuatro camionetas, prácticamente empezaban a meter más miedo así”, explica Francisco, quien perdió un gato hidráulico poco antes de dejar Palmas Altas.
Lo mismo ocurrió en Sarabia, Cieneguitas, Guadalupe Victoria y Ordóñez, personas que fingían reparar caminos pero que poco a poco se apoderaron del territorio, de su patrimonio, de la vida de las personas.
“Todas las cosas nos las robaron. La estufa, la lavadora, una hielera. También se llevaron unos compresores, herramienta de trabajo que teníamos aquí con nosotros. Todo se lo llevaron”, asegura Raúl a quien además le falta una motosierra y una camioneta.
Un tractor usado en páginas de internet como Mercado Libre ronda entre los 100 mil y los 400 mil pesos, y su costo varía de acuerdo con el modelo o las características.
El costo no es alentador tratándose de las “trocas” para trabajo que pueden ir desde los 50 mil hasta los 800 mil pesos dependiendo el modelo y la marca del vehículo. Lo mismo ocurre con una motosierra, que se puede encontrar desde mil 500 pesos hasta los 60 mil pesos. Esas son algunas cosas que los grupos delincuenciales hurtaron a la gente de las comunidades.
Una vida próspera que no volverá a ser igual
En México, el rezago social es considerable. La medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publicada en 2021 demostró que cinco estados son los que más atraso tienen.
Pero entre ellos no se encuentra Zacatecas, ni el estado ni sus municipios. Jerez, de hecho, tiene un nivel de rezago social mínimo al igual que sus comunidades, como Sarabia que tiene un rezago bajo y Palmas Altas uno medio.
Y si bien sus casas no son ostentosas, no poseen lujos extravagantes, ni automóviles costosos, no les falta nada.
Son lugares prósperos, activos, cuyas actividades económicas son el comercio entre diferentes partes del país incluida la Ciudad de México. Pero eso no fue atractivo para el narcotráfico, pues no eran secuestros ni extorsiones las agresiones contra los pobladores. La disputa fue más bien por el territorio.
“Nosotros somos los que mantenemos al centro (cabecera municipal de Jerez), no necesitamos nada más que nuestras tierras”, asegura Francisco, orgulloso, mientras de fondo suena la tambora jerezana.
El productor de durazno sueña con la reactivación de sus huertas, de poder enseñar a sus hijos lo que sabe sobre agricultura. Tiene esperanza de que el gobierno de López Obrador lo apoye a él y a sus vecinos a recuperar lo perdido y reactiven sus huertas.
Gobiernos federal y estatal lanzaron planes de reactivación económica
Si bien el gobierno federal anunció en noviembre un plan de apoyo a todo el estado de Zacatecas que incluía el reforzamiento de programas como Jóvenes Construyendo el Futuro donde se mencionó la entrega de 3 mil 477 becas a estudiantes del nivel universitario.
También se mencionó el acceso a pensiones por parte de 131 mil 692 personas adultas mayores y a 13 mil 201 niños con discapacidad, no ha habido un anuncio sobre un plan de recuperación económica para las comunidades de Jerez, cuyo apoyo viene principalmente de familiares que viven en Estados Unidos.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha reconocido que la ayuda de connacionales en el otro lado ha sido vital para la economía, no sólo de Jerez sino de todo Zacatecas, pues se calcula que las remesas recibidas ascienden a los 2 mil 600 millones de pesos al mes en toda la entidad.
Por otra parte, el gobernador de Zacatecas, David Monreal, inauguró a mediados de abril la Casa de las Artesanías de Jerez como parte del plan de reactivación económica del municipio y así apoyar a artesanos que sufrieron las consecuencias de la pandemia.
“Palmas Altas, creo yo, a lo mejor va a ser de las comunidades que de a poquito va a regresar, dentro de lo que cabe, a una vida normal. Hay otras comunidades que se van a quedar completamente fantasmas”, sentencia Francisco.
Finalmente, no se ha hablado de una reactivación de las cosechas, la compra de ganado o un plan de infraestructura que permita a los jerezanos de las 18 comunidades amenazadas por el narcotráfico volver a tener el impulso económico previo al éxodo.