A diferencia de la iniciativa de reforma eléctrica, que le tomó más de 6 meses de discusiones, un foro de 2 más y una jornada maratónica un domingo de resurrección, la iniciativa de reforma a la Ley Minera para dejar la Estado la explotación del litio, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pasó en cosa de minutos.
Sin embargo, aún pendiente de ser discutida y eventualmente aprobada en el Senado, esta modificación carece del alcance que espera el presidente por sus carencias de técnica legislativa y sus inconsistencias, señaló en entrevista para Grupo Fórmula Sergio Almazán, presidente de la Asociación de Ingenieros de Minas Metalurgistas y Geólogos de México.
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"Si el tema es reservar el aprovechamiento del litio de manera exclusiva del Estado, pues no es necesario reformar la Ley Minera, lo que se necesitaría cambiar es la Constitución, el artículo 27 señala claramente que el aprovechamiento de minerales es a través de las concesiones y es de reserva de manera exclusiva a la nación", explicó.
"Cualquier disposición contraria a ellos estaría en contra del texto constitucional", detalló.
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Es decir, que mediante amparos podría brincarse esta ley, pues en la Constitución sólo se garantiza ese carácter a los hidrocarburos y los minerales radioactivos. Por lo que en el fondo, la reforma rechazada el domingo pasado habría sido necesaria para alcanzar la meta de AMLO.
En un comunicado, la organización que encabeza resaltó que además la iniciativa, que no se discutió en comisiones de San Lázaro, también apunta a limitar el futuro aprovechamiento de otros minerales que pudieran ser estratégicos sin establecer condiciones para esos fines.
"Lo cual genera una gran incertidumbre e inseguridad; si el propósito de la reforma es reservar el aprovechamiento del litio, se hace referencia a otros minerales lo que excede los límites del mismo", detalló.
En su intento de iniciativa de reforma eléctrica constitucional, se buscaba reformar el artículo 27 de la Carta Magna para que se consideraran estratégicos los minerales relacionados con la transición energética; sin embargo, ese precepto se quedó en intención.
Litio para baterías mexicanas
Al respecto, la Cámara Mexicana del Litio, encabezada por Marco Sánchez, celebró la decisión por considerar que dará las herramientas para que se extraiga el mineral con los ingresos y beneficios económicos para el país, mientras que se convierte en un atractivo para las empresas dedicadas a la fabricación de baterías con este mineral, que se interesarán por invertir en el país.
"Nosotros hemos trabajado con el gobierno federal a través de embajadas reuniones con empresas que quieren instalar fábricas en México", adelantó.
Resaltó que por ahora, con los avances del yacimiento de Bacanora Lithium en Sonora, se prevé que comience la extracción en 2023, mientras que se abrió la posibilidad de que la empresa Catl, proveedora de Tesla, busque aprovechar este yacimiento.
Sin embargo, Almazán resaltó que por ahora en México sigue sin producirse litio; y no sólo eso, sino que el yacimiento en la localidad sonorense de Bacadéhuachi ha retrasado en repetidas ocasiones el inicio de su extracción.
"Hoy en día no hay producción de litio, lo que se han localizado son prospectos y proyectos de exploración", dijo.
Ello se debe a que en su mayoría, el mineral que se ha localizado en esa zona está en forma de arcillas, es decir, pulverizado y en bajas concentraciones, proceso que hasta ahora no se ha encontrado la manera de explorarse de forma rentable.
Además, puso en duda que las reservas probadas del mineral alcancen los 243 millones de toneladas que se estiman, pues ese volumen calculado corresponde con la totalidad de arcillas, mientras que la proporción de mineral sería considerablemente menor, de unas 800 mil toneladas, es decir, un 0.3 por ciento del total.
"En ningún país se ha producido y comercializado litio procedente de arcillas, aún hay que esperar si la empresa que ubicó el yacimiento de litio en Sonora lleva a cabo la producción de manera rentable y efectiva", agregó la Asociación de Ingenieros Mineros en su mensaje.
¿El litio será el nuevo uranio?
Durante el sexenio de José López Portillo, despertó el interés en la generación de energía nuclear que a la postre se convirtió en una prioridad, lo que llevó a la creación del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares en 1979.
Tras ello, se creó Uramex (Uranio Mexicano), un proyecto público descentralizado del gobierno federal que se creó el 27 de enero de 1979.
Sin embargo, el proyecto perdió fuerza para el siguiente sexenio encabezado por Miguel de la Madrid, con lo que la empresa no tuvo continuidad y la intención de ampliar la producción de energía nuclear en el país se quedó en una intención.
En ese sentido, Almazán señaló que los tiempos en la minería son de mediano y largo plazo, de entre 5 a 10 o hasta 15 años de exploración, en espera de los resultados del tipo y la forma en que se encuentra el litio. Para ello además se requieren de inversiones de cientos de millones de dólares con el riesgo que eso conlleva: que tras la exploración, no se encuentren yacimientos.
Ante ello, la Asociación de Ingenieros de Minas Metalurgistas y Geólogos de México advirtió que al igual que aquella ocasión, la creación de un organismo público a cargo del control del litio podría resultar en un gasto improductivo para el gobierno.
"Pretender que sea sólo el Estado, a través de un organismo público quien pueda llevar a cabo el aprovechamiento del litio, implicará la asignación de recursos públicos en un proyecto que por definición es intensivo en capital, de largo plazo y de alto riesgo, lo cual atentaría contra las finanzas públicas, como fue el caso de Uramex (Uranio Mexicano), que no tuvo los resultados esperados, y podría considerarse como un fracaso", advirtió.