Este domingo 17 de abril se discutirá y votará la reforma eléctrica en el Pleno de la Cámara de Diputados, misma que ha dividido opiniones a favor y en contra, pero ¿Qué pasaría en caso de no aprobarse?
Para que la iniciativa impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador sea aprobada requiere el voto a favor de las dos terceras partes del total de los diputados para conseguir la mayoría calificada.
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En caso de no contar con el apoyo de la mayoría, el mandatario advirtió que al día siguiente enviaría una nueva propuesta de reforma, en este caso a la Ley Minera, con el fin de proteger el litio y evitar que sea explotado por empresas privadas.
“En caso de que no se alcance la mayoría absoluta al día siguiente envío la ley para reformar la Ley Minera para proteger el litio porque es un mineral estratégico para el desarrollo independiente de México que no debe ser entregado a particulares y mucho menos a extranjeros, debe ser propiedad del pueblo y de la nación”, expuso en su conferencia de prensa.
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De acuerdo con López Obrador esta nueva reforma no requiere de mayoría absoluta para su aprobación, sino que únicamente necesita de la mayoría simple.
La reforma eléctrica planea entregar el 54 por ciento del mercado nacional en el despacho eléctrico a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y sólo el 46 por ciento a la iniciativa privada.
Por ello, el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velazco, advirtió desde hace meses que de no aprobarse la iniciativa del jefe del Ejecutivo Federal, la CFE tendría un quebranto anual de más de 435 mil millones de pesos.
“Con la mal llamada reforma estructural en materia energética de 2013 se construyó un esquema ilegal con las llamadas sociedades de autoabastecimiento, por medio de las cuales los generadores de energía simulan tener socios para generar energía, pero en realidad son clientes que le compran”, dijo.
Según lo explicado por el legislador, la pasada reforma energética creó la filial CFE Calificados, la cual, era la encargada de vender energía a grandes consumidores; sin embargo, no genera energía, lo que ocasiona que tenga que comprarla a privados y luego venderla.
Además, se impusieron “contratos legados” entre CFE Generación y CFE Suministro Básico, mismos que hacen que la primera comprometa con la segunda precios de energía a largo plazo, provocando que no recupere la inversión destinada para generarla.