Rosario Ibarra de Piedra no sólo fue pionera en la defensa de los derechos humanos, también fue la primera mujer en buscar la presidencia de México en las elecciones de 1982 y repitió en 1988 donde compitió con Carlos Salinas de Gortari.
La vida política de Rosario comenzó en 1975, luego de que su hijo Jesús Piedra Ibarra fue secuestrado durante la llamada guerra sucia, lo que también la llevó en 1977 a fundar el Comité ¡Eureka! en el que junto a unas 80 madres de desaparecidos conocidas como "las doñas" exigieron al estado la localización de sus desaparecidos con protestas y huelgas de hambre.
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A pesar de las movilizaciones de "las doñas", nada se supo del paradero de los desaparecidos, incluido su hijo Jesús, por lo que en 1982 "Doña Rosario" decidió apostar por la vía institucional y se postuló como candidatura a la presidencia de México por el Partido Revolucionario de los Trabajadores.
Aunque solo obtuvo el 1.77 por ciento de los votos, Rosario no se rendiría y repitió su candidatura en los comicios de 1988 para enfrentar al priista Carlos Salinas de Gortari, el izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas y al conservador Manuel Clouthier.
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Rival de Salinas y Caída del sistema
La elección fue severamente cuestionada, pues aunque miles de mexicanos acudieron a emitir su voto con un nivel de participación de 50.4 por ciento, el resultado de las elecciones se dio a conocer una semana después, luego de una "caída del sistema".
Aunque los primeros resultados debieron comenzar a aparecer hacia las 19:00 horas del 6 de julio, en su lugar uno de los comisionados ante la Comisión Federal Electoral (CFE), que se encargaba de las elecciones, informó que el sistema de cómputo se había “caído” y que se estaba buscando corregir la falla.
Esa misma noche y los días que siguieron los partidos denunciaron que no tuvieron acceso verdadero a los centros de cómputo y los candidatos presidenciales Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel J. Clouthier y Rosario Ibarra acudieron a las oficinas de la Secretaría de Gobernación para denunciar anomalías en los comicios.
Los inconformes denunciaron múltiples irregularidades registradas en la jornada del 6 de julio, como la duplicación de credenciales electorales, repartición anticipada de boletas electorales ya cruzadas en favor del PRI, entre otras.
En contraste, el candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, asumió el triunfo el 7 de julio de 1988.
“Estoy convencido del triunfo de mi partido. El mundo tendrá que reconocer este ejemplo que dieron los mexicanos en esta jornada democrática, al acudir a las urnas y conservar la paz y la tranquilidad”, dijo entonces el priista.
La CFE le dio la razón el 13 de julio, cuando informó los resultados oficiales en lo que Carlos Salinas de Gortari (PRI) obtuvo el 50.36 por ciento de los votos; Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del Frente Democrático Nacional (PMS, PFCRN, PPS y PARM) el 31.12 por ciento; Manuel J. Clouthier, Maquío (PAN) el 17.07 por ciento; el 1.04 por ciento para Gumersindo Magaña Negrete (PDM); y el 0.42 por ciento para Rosario Ibarra de Piedra (PRT).
El resultado no melló el espíritu combativo e incansable de "Doña Rosario", quien se sumó a las filas del partido mayoritario de la izquierda mexicana, el de la Revolución Democrática (PRD), liderado por Cárdenas y en el que acompañó más tarde a Andrés Manuel López Obrador.
El actual mandatario le dio su voto en las elecciones del 2018, donde resultó ganador, tal como lo hiciera su madre Manuela Obrador, en las de 1988.