Hace casi 37 años, México consiguió un gran avance tecnológico y de innovación al lanzar al espacio su primer satélite llamado ‘Morelos I’, bautizado así en honor del libertario independentista.
El lanzamiento de este satélite se realizó el 17 de junio de 1985, a través del transbordador espacial ‘Discovery’ de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), ubicado en Cabo Cañaveral, Florida, cuya finalidad era la de conectar zonas rurales y urbanas del país.
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Según lo señalado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), el sistema Morelos tuvo un costo de 92 millones de dólares; presupuesto que también incluyó la construcción de un centro de control satelital que se ubicó en Iztapalapa, en la Ciudad de México.
Cinco meses después de que el Morelos I llegara al espacio, fue lanzado el Morelos II, misión en la que participó el astronauta mexicano, Rodolfo Neri Vela.
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El objetivo de este segundo satélite fue el de darle un respaldo al primer sistema, en dado caso de que algo saliera mal, quedando integrado por completo el sistema de satélites mexicanos.
¿Qué pasó con el Morelos I?
Tras regalarle a México los primeros triunfos en el tema de telecomunicaciones, la vida útil del Morelos I terminó a inicios de los años 90, por lo que actualmente es basura espacial inubicable.
Por su parte, el Morelos II tuvo algunos años más de servicio. Ambos satélites fueron precursores de la actual órbita mexicana, que se encuentra en su tercera generación, es decir, en el Morelos III.
Dicho satélite es operado por ingenieros nacionales desde dos bases distintas, una se localiza en Iztapalapa y otra en el municipio de Hermosillo, Sonora.
De acuerdo con el Sistema Satelital Mexicano (MexSat), el Morelos III tendrá una vida útil de aproximadamente 15 años, en tanto que el nuevo satélite se prevé llegue en 2030.