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JUSTICIA

Caso Ayotzinapa: Qué ha pasado con las otras víctimas de la noche de Iguala

Los 43 normalistas de Ayotzinapa no fueron las únicas víctimas de los hechos de violencia ocurridos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

Los 43 de Ayotzinapa no fueron las únicas víctimas de la noche de Iguala.Créditos: Martín Rocha
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Los hechos ocurridos el 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, no sólo llevaron a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pues también dejaron decenas de víctimas que aún esperan justicia en torno a este caso.

“Los Avispones” de Chilpancingo, las víctimas de tortura por parte del estado, e incluso un normalista que sobrevivió a la noche de Iguala y al COVID-19, son sólo algunas de las historias de otras víctimas de un caso que, a 7 años y medio de ocurrido, aún no da muestras de que esté cerca de resolverse.

Estas son las historias de algunas de las víctimas colaterales de los hechos ocurridos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, y que llevaron a la desaparición de 43 normalistas de la normal de Ayotzinapa.

El normalista de Ayotzinapa que sobrevivió a la noche de Iguala y al COVID-19

Aldo Gutiérrez Solano es uno de los normalistas que estuvo presente la noche que ocurrió la desaparición de los 43; sin embargo, él nunca podrá rendir su testimonio ni contar su versión de lo ocurrido debido a que un disparo en la cabeza le provocó un daño que lo mantiene en estado de postración.

El joven estudiante de la normal de Ayotzinapa recibió un tiro en la cabeza que lo dejó en coma y le provocó dañó en el 65 por ciento de su cerebro, por lo que únicamente puede mover los ojos y los dedos de la mano derecha.

En mayo de 2020, poco después de que inició la pandemia, Aldo se contagió de COVID-19, presentando algunos síntomas graves como fiebre elevada; afortunadamente el normalista logró recuperarse de la enfermedad un par de días después.

Los Avispones de Chilpancingo

La misma noche en la que desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa se dio otro hecho violento presuntamente perpetrado por el cártel Guerreros Unidos, el ataque contra el autobús en el que viajaba el equipo de futbol de tercera división “Los Avispones” de Chilpancingo.

El ataque contra los jugadores ocurrió de manera casi simultánea a la agresión contra los estudiantes de la normal rural, cuando salían de Iguala para volver a su comunidad luego de haber ganado un partido contra el equipo de la localidad.

Presuntamente, el autobús en el que viajaban “Los Avispones” fue confundido por presuntos criminales con uno de los que habían sido tomados por los normalistas, por lo que fueron agredidos a tiros dejando un saldo de tres personas muertas y 12 heridos.

Las víctimas mortales fueron:

  • David Josué Evangelista, jugador de los Avispones.
  • Víctor Manuel Lugo, conductor del autobús.
  • Blanca Montiel, pasajera de un taxi que circulaba por el lugar.

El normalista 44

Manuel Vázquez, mejor conocido como Omar García, es señalado por muchos como el normalista 44, pues él estuvo presente durante los ataques contra los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero.

Durante la noche del 26 de septiembre de 2014, el entonces estudiante de la normal rural viajó a Iguala tras recibir la llamada de otros compañeros alertando sobre el ataque contra los normalistas por parte de policías; al llegar al lugar convocó a medios para que captaran evidencia del lugar.

Fue entonces cuando se desató una nueva balacera cerca del lugar del que fueron llevados los estudiantes, por lo que Omar se resguardó de las balas.

De acuerdo con sus declaraciones, en ese ataque presenció la muerte de dos de sus compañeros: Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava; además del secuestro de Julio César Mondragón Fontes, cuyos restos fueron hallados al día siguiente.

Actualmente, Manuel Velázquez, conocido como Omar García, es activista y diputado federal por Morena.

El caso de Julio César 

Julio César Mondragón fue uno de los pocos casos de normalistas cuyo destino se conoce, pues sus restos fueron hallados un día después de los hechos ocurridos la noche de Iguala, en septiembre de 2014.

De acuerdo con declaraciones de testigos, como Manuel Vázquez, el normalista originario del Estado de México fue secuestrado durante los hechos de violencia, mientras que su cuerpo fue encontrado al día siguiente con evidentes huellas de tortura.

Según un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el cuerpo de Julio César presentaba un total de 64 fracturas en 40 diferentes huesos, además de que supuestamente le había sido desprendido el rostro y los ojos.

Los restos de Julio César Mondragón actualmente descansan en un cementerio de Tenancingo, en el Estado de México. 

Tortura en el caso Ayotzinapa

En su más reciente informe, el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI) denunció que la tortura fue una práctica sistemática de autoridades durante las investigaciones acerca del caso Ayotzinapa, que tenía el objetivo de hacer que personas se autoinculparan o implicaran a otras personas.

De acuerdo con el grupo de expertos, lograron documentar la existencia de serios indicios de tortura en al menos 17 detenidos involucrados en el caso de la desaparición de los normalistas; además, hallaron más de 60 videos en los que se evidencia el trato degradante y violatorio de los derechos humanos de al menos 50 detenidos.

El GIEI señaló como responsables de las torturas a distintos funcionarios y dependencias:

  • Agentes del Ministerio Público.
  • Policías Federales Ministeriales de la extinta Procuraduría General de la República (PGR).
  • Elementos de la Policía Federal.
  • Personal del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

Agregó que la mayoría de los actos de tortura se practicaron en instalaciones de la Semar y de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido).

Todos los actos mostraban un similar modus operandi en el que los detenidos eran vendados de los ojos, golpeados, amenazados ellos y sus familias, además de que eran sometidos a largos periodos de ayuno y la negativa para acceder a un abogado.

Familiares de las otras víctimas de la noche de Iguala continúan a la espera de poder acceder a la verdad y justicia por los hechos ocurridos al mismo tiempo en el que se dio la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.