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Maximiliano de Habsburgo: ¿fingió su muerte y vivió oculto en El Salvador?

Maximiliano de Habsburgo fue fusilado en el Cerro de las Campanas en 1867... o al menos eso dicen los libros de historia.

El archiduque Maximiliano de Habsburgo comandó el Segundo Imperio Mexicano. Créditos: Especial
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Maximiliano de Habsburgo y Carlota encabezaron el Segundo Imperio Mexicano, hasta que el archiduque fue fusilado en el Cerro de las Campanas, Querétaro, el 19 de junio de 1867... o eso es lo que dicen los libros de historia, ya que una teoría apunta a que huyó a El Salvador donde tuvo una longeva vida bajo el nombre de Justo Armas.

El archiduque, quien es considerado como el último emperador mexicano, se habría salvado de ser fusilado por el ejército de Benito Juárez a causa de que ambos eran masones -una organización que busca el perfeccionamiento moral de los hombres a nivel internacional-, por lo que el 'Benemérito' habría hecho un simulacro de su fusilamiento.

De acuerdo con la teoría sostenida por varios historiadores, Maximiliano le prometió a Benito Juárez que tendría un bajo perfil y no se volvería a identificar como miembro de una casa real europea, a cambio de que le perdonara la vida y lo dejara escapar a Centroamérica, a lo que el político mexicano habría accedido.

Es así como, el archiduque buscó refugio en El Salvador, donde adoptó el nombre de Justo de Armas y fue el asesor de varios presidentes de la nación centroamericana, de acuerdo con la teoría del historiador Ernesto Deneke. Maximiliano falleció hasta 1936, cuando tenía 104 años.

¿En qué se basa la teoría de que Maximiliano huyó a El Salvador?

Ernesto Deneke explica que el gobierno mexicano se negó a enviar el cuerpo del depuesto emperador, pero las autoridades alegaron "causas de fuerza mayor" para no acceder a las peticiones de las potencias europeas. Pero las presiones internacionales aumentaron y México envió el supuesto cadáver a Austria, donde Sofía de Baviera -madre del archiduque- dijo que ese no era su hijo.

Otras pruebas que da el historiador es que Maximiliano de Habsburgo no acudió a la sentencia de su juicio, debido a un supuesto problema de salud. A esto se le suma que el día del fusilamiento sólo acudieron 20 personas, las cuales permanecieron a una gran distancia, lo que les dificultó distinguir quién se encontraba frente al pelotón.

Justo de Armas tuvo bajo su poder una vajilla, cubertería y otros objetos que serían idénticos a los que usó el segundo emperador mexicano durante su corto reinado, explica Deneke.

Konrad Ratz, experto en la historia del Segundo Imperio Mexicano, afirma que la hipótesis de Deneke carece de sustento y hay evidencia documental suficiente para determinar que Maximiliano de Habsburgo falleció fusilado en el Cerro de las Campanas, además de que Justo de Armas, probablemente se trató de un miembro de la aristocracia parecido al archiduque.