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Familia Real: La Reina Isabel II tiene un valioso accesorio mexicano

La corona de San Eduardo cuenta con diversas joyas y se usa para el acto de coronar a un nuevo monarca.

La corona de San Eduardo, que guarda una perla del mar de Cortés, se usó cuando la Reina Isabel II sucedió en el trono a su padre, el Rey Jorge VI.Créditos: @RCT
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La Reina Isabel II cumplió hace poco 70 años en el trono de Inglaterra, pues fue coronada a los 25 años de edad, tras la muerte de su padre, el Rey Jorge VI, pero en su corona lleva un accesorio mexicano muy valioso para la Familia Real.

Cuando fue coronada por el arzobispo de Canterbury en Abadía de Westminster, el 2 de junio de 1953, le pusieron en su cabeza la corona de San Eduardo, la cual cuenta con diversas joyas, entre ellas una hilera de perlas en la parte inferior. 

En esa hilera de perlas destaca una llamada Great Lemon, cuyo origen remite al Mar de Cortés de Baja California Sur, México, pues fue encontrada y extraída cerca de la isla del Espíritu Santo en 1883 por los buzos Juan Vacaseque Calderón y Antonio Guevara; el nombre se debe a que el tamaño de la piedra es como el de un limón, según la revista México Desconocido.

¿Cómo llegó la perla del mar de Cortés a la corona de la Reina Isabel II?

La perla fue propiedad de Antonio Ruffo Santa Cruz, dueño de la empresa que encontró la piedra, y fue él quien posteriormente se la regaló al Rey Eduardo VII para que la portara en su corona. 

Como la perla le había llamado la atención a la Reina Isabel II, ella viajó a Baja California en 1983, durante su segunda visita a México, para conocer el lugar donde se extrajo la perla.

La valiosa corona de la Familia Real tiara tiene cuatro cruces, cuatro flores de lis y dos arcos, además está compuesta por un marco de oro macizo engastado con piedras semipreciosas, como rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y turmalinas; También cuenta con un gorro de terciopelo con una banda de armiño, según el sitio web de la colección real. 

Además, la corona de San Eduardo, que se usó cuando la Reina Isabel II sucedió en el trono a su padre, el Rey Jorge VI, pesa más de dos kilos y se usa en el acto de coronar a un nuevo monarca.

Con información de México Desconocido