Con la llegada de la pandemia de COVID-19 a México la economía no fue lo único que se detuvo: también lo hicieron los trasplantes de órganos.
“ Yo dije ´chin ¿Y ahora qué vamos a hacer?’ […] Estuvo feo, porque como se pararon los trasplantes pues eso era desesperante. Hubo un compañero que ya estaba listo para el trasplante de riñón y por la pandemia no pudo hacerlo y se complicó tanto que es el día que no puede trasplantarse”, contó Ileana Durán, quien recibió un segundo trasplante de riñón en diciembre de 2021, tras casi dos años de espera.
Te podría interesar
En México se registró el primer caso del virus SARS-CoV-2 el 28 de febrero de 2020, sin embargo, fue hasta el 17 de marzo cuando el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) recomendó la suspensión temporal de los programas de donación y trasplante de órganos y tejidos hasta nuevo aviso, a excepción “de los trasplantes en casos de urgencia nacional (hígado y corazón) y las asignaciones prioritarias (riñón y córnea)”.
Debido a la desaceleración de la pandemia, el 29 de julio de 2020 la Secretaría de Salud (SSa) publicó el “Plan de reactivación de los programas de donación y trasplantes”, para mejorar y actualizar los protocolos en apego a las medidas sanitarias que exigía la pandemia, así como definir el tipo de actividades que se podrían realizar de acuerdo al color del semáforo COVID.
Te podría interesar
Se reactiva donación y trasplantes de órganos… 16 meses después
Pese a que este plan se publicó desde 2020, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que es la institución pública que más realiza trasplantes en el país, activó hasta el 2021 el Programa de Donación y Trasplantes, luego de sólo atender las urgencias nacionales y asignaciones prioritarias durante el “pico” de la contingencia sanitaria por COVID-19.
Por esta razón, entre marzo de 2020 y agosto de 2021, el trasplante no fue una opción para Ileana Durán, de 39 años, y su hijo de 14 años, quien también padecía insuficiencia renal. Siguieron con hemodiálisis en el Centro Médico Siglo XXI y el hospital de La Raza, respectivamente, y luego de casi dos años, comenzaron el protocolo para recibir un riñón.
“Mi hijo también es paciente renal, y antes de la pandemia nos enteramos de su padecimiento. Mi hermano siempre me dijo ‘yo te voy a donar’, pero cuando me entero de lo de mi hijo, le dije ‘mejor dónaselo a él’, y justo empezábamos a hacer el protocolo de mi hijo, cuando llegó la pandemia y se paró todo”, contó Durán.
En su informe anual con corte al 3 de enero de 2022, el Cenatra reconoció que la emergencia sanitaria por COVID-19 afectó los programas de donación y trasplantes durante el 2021, sin embargo, afirmó que “hubo una clara recuperación a nivel nacional”, debido al plan de reactivación y al esfuerzo de las instituciones de salud del país.
Datos del organismo revelan que la cifra total de trasplantes de córnea, riñón, hígado y corazón aumentó 52.7 por ciento en 2021, con respecto a 2020. No obstante, la caída de 2020 fue tan pronunciada que los números siguen muy lejos de los registros de los años prepandemia.
El doctor Rubén Argüero Sánchez, jefe del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina de la UNAM, indicó que el número de donaciones y trasplantes no sólo se desplomó en México durante el 2020, sino en varios países.
“El desplome a nivel mundial es evidente, en todos lados, incluyendo el país líder que es España […] los médicos están ocupadísimos en establecer la prioridad de rescatar al enfermo complicado de COVID, y no para hacer trasplantes”, afirmó.
Ileana, quien se dedica al comercio informal, contó que durante la espera tuvieron que recurrir a consultorios médicos privados, debido a que las consultas médicas quedaron suspendidas en el IMSS.
“Las hemodiálisis sí se seguían otorgando, pero las consultas se suspendieron, mi médico me dijo ‘es más ni te pares en el hospital ahorita, si puedes evitarlo pues evítalo’, entonces no me paraba para medicamentos ni nada, todos los gastos los absorbía yo”, dijo.
¿Y en caso de emergencias? La también activista señaló que ir al área de urgencias “era como un volado”, debido a que hubo casos de pacientes que ingresaban por motivos de su padecimiento y salían infectados del virus SARS-CoV 2 o presentaban complicaciones a causa de esta enfermedad.
“El primer año de la pandemia, estuvo bien feo, porque diario veía que se murió uno, se murió otro, cercanos míos si te digo 10 son poquitos, se quedaron sin recibir el tratamiento o por nuestras condiciones de salud era poco fácil que sobreviviéramos a las complicaciones […] Muchos pacientes renales fallecieron, muchisísimos, me enteré que doctores también se murieron”, narró.
Por su estado de salud, ella recibió el riñón de su hermano el 6 de diciembre pasado, mientras que su hijo ingresó a la lista de espera el día 2 del mismo mes, sin embargo, antes de que terminara el año, él también recibió el trasplante.
“Fue todo súper rápido, el 29 de diciembre nos hablaron de que había un posible donador para él, y sí fue compatible, entonces el 30 lo trasplantaron, nos quedamos muy sorprendidos, hasta los doctores, porque en tres semanas los dos estuvimos trasplantados”, dijo.
Hasta 10 años en la lista de espera
En 2014, Paola Jaguey recibió un trasplante de riñón, órgano que su cuerpo comenzó a rechazar cuatro años más tarde debido a la falta de medicamentos. Ahora es una de las 17 mil 299 personas que están en lista de espera del Seguro Social, en la que podría permanecer hasta 10 años.
“Tendrá como un mes que me ingresaron a la lista de espera porque por lo mismo de la pandemia se atrasó todo lo de los trasplantes, no podía entrar porque no había citas, la falta de medicamentos y todo eso”, dijo la paciente, quien tiene un hijo de 3 años.
Pese a que fue hace cuatro años cuando regresó a hemodiálisis, Paola, quien se desempeña como maestra de preescolar, contó que no pudo inscribirse a la lista de espera desde antes debido a la falta de seguridad social y cuando por fin se registró en el IMSS, llegó la pandemia de COVID.
“Inmediatamente cancelaron las citas en nefrología, porque no había especialistas y de los pocos doctores que había unos se murieron y otros se contagiaron”, contó.
En 2021, las cifras de algunas listas de personas en espera de un trasplante aumentaron y otras disminuyeron, en comparación a las registradas en 2020, según el Cenatra.
De acuerdo con su último reporte, el año pasado aumentó el número de receptores para trasplantes de órganos en la lista de espera de riñón y corazón, en tanto la cifra para hígado, córnea, pulmón y riñón-páncreas, disminuyó.