Luego de que Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) diera a conocer que José Ramón López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, y su esposa Carolyn Adams vivieron en la casa de un ejecutivo petrolero, el periodista Raúl Olmos refirió que las investigaciones no se harán esperar.
“El hecho de que haya negociado un alto ejecutivo de esta compañía con el hijo de un presidente norteamericano, en este caso el hijo de López Obrador, sin duda va a mover a una investigación interna derivada de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), que es la primera que observa este tipo de conductas cuando surgen sospechas de posibles arreglaron entre políticos y empresarios”, señaló el lunes en entrevista con Denise Maerker.
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En ese sentido dio a conocer que entre noviembre de 2019 y 2020 la pareja vivió al norte de Houston, Texas, en una casa que entre otras comodidades tiene una alberca de 23 metros de largo.
“Cuando hicimos la consulta de los registros de la propiedad de Texas encontramos que pertenecía a un alto ejecutivo de Baker Hughes, que es una empresa de servicios petroleros de Texas que está ahí mismo en Houston”, aclaró.
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También dijo que Carolyn Adams no trabaja para Baker Hughes, firma que recibió en agosto de 2019 un contrato de 85 millones de dólares con Petróleos Mexicanos (Pemex); refirió que un mes después fue cuando la pareja llegó a dicha casa y “ahí es donde se generan suspicacias de posible conflicto de interés: que el hijo mayor del presidente y su pareja están ocupando la residencia de un alto ejecutivo de una compañía de servicios petroleros que tiene vigente y que además acababa de recibir un contrato multimillonario con Pemex”.
Baker Hughes, un viejo aliado de Pemex
Gonzalo Monroy, experto en energía definió también en entrevista con Denise Maerker que Baker Hughes es uno de los grandes contratistas históricos de Pemex; pues han trabajado juntos desde hace más de 40 años; además, produce 250 mil barriles diarios a la petrolera mexicana, por lo que ésta no podría trabajar sin la empresa norteamericana.
De la misma manera, definió que los contratos de Pemex a Baker Hughes se dan de 3 a 5 años y de forma escalonada.
“Esos contratos salían por licitación pública internacional a los ojos de todos y con testigos sociales. Algo que sí ha pasado en los últimos 3 años es que todos los contratos salen por asignación directa, prácticamente sin ninguna transparencia”, comentó. Puntualizó que el 95 por ciento de los contratos de Pemex se dan de esa manera.