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¿Por qué la familia real mexicana se fue del país? La oscura historia detrás

A pesar de que en México no se reconoce a la familia real, en Europa sí; aquí te contamos

La familia Von Götzen de Iturbide es la heredera al trono mexicano Créditos: ESPECIAL
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Por difícil de creer, en México existió una familia real que no tuvo más opción que irse del país; sin embargo, los herederos a la monarquía aún existen y viven en Australia. Se trata de la familia Von Götzen de Iturbide.

Si bien se sabe, luego de la Conquista de los españoles en México, se establecieron virreyes que gobernaron y le rendían cuentas al rey de España.

Agustín de Iturbide. INAH

Tras la Independencia de México, en 1821, Agustín de Iturbide estableció la primera forma de gobierno como una monarquía, nombrándose emperador en 1822.

El pueblo no dejó que esta forma de gobierno continuara y se eliminó la monarquía en 1823, junto con la muerte de Iturbide por haber traicionado a la patria. Desde entonces, se inició con el Gobierno de la República en México.

¿Qué pasó con la familia de Iturbide?

Tras el fusilamiento de Iturbide, la supuesta familia real mexicana encabezada por Ana María Huarte -esposa de Iturbide- emigró a Estados Unidos junto a sus hijos. 

Según datos del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH) entre 1864 y 1867, la monarquía había regresado a México con un segundo imperio al mando de Maximiliano de Habsburgo. Pero, cuando fue fusilado en el Cerro de las Campanas, en Querétaro, sus familiares huyeron del país.

Finalmente, ambas familias habrían tenido relación, adoptando a uno de los nietos de Iturbide. Así es como la unión de los Habsburgo e Iturbide crearon la familia real de México; aunque,  esta unión no tiene peso en el gobierno.

Fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo en Querétaro. INAH

Con los años, los Habsburgo e Iturbide fueron creciendo hasta dejar como herederos a la familia Von Götzen de Iturbide, que actualmente vive en Perth, Australia.

Aunque en México no es reconocida la familia real, en Europa son distinguidos a tal grado que el Papa Benedicto XVI los recibió en el Vaticano como los “legítimos herederos al trono de México”.