Ariadna Fernanda fue vista por última vez el domingo 30 de octubre en la Ciudad de México (CDMX), presuntamente abordó un taxi en Condesa, colonia ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc y este jueves 3 de noviembre sus amigos, amigas, familiares y conocidos exigen justicia para esclarecer su muerte. La joven tenía entre 25 y 27 años de edad.
Hasta el momento, las autoridades no se han pronunciado al respecto ni dado la versión de los hechos. Sin embargo, en redes sociales circula ya un hashtag (#JusticiaPara Ari) para dar con el responsable de su asesinato.
El medio Dominio Público refirió que ya se han presentado personas a declarar ante el Ministerio Público, quienes confirmaron que -previo a su muerte- Ariadna se encontraba en la capital del país.
'Ahora sé que te llamabas Ariadna': tatuajes, accesorios y fotos en Twitter...
Un girasol, una palabra en cursiva y un dibujo de lo que parece ser un dinosaurio minimalista: estos tres elementos tatuados con tinta negra en su piel sirvieron como referencia para identificar su cuerpo hallado sin vida a un costado de la autopista La Pera-Cuautla,en Tepoztlán, Morelos, uno de los 32 estados de México -país que de enero a septiembre de este año ha registrado más de 5 mil asesinatos de mujeres-.
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Las imágenes, cuyo autor publicó en Twitter con la única finalidad de encontrar a los familiares de la mujer, circularon en la red social desde el 1 noviembre a las 3:10 de la tarde.
Una gargantilla de un corazón con el signo hippie y una blusa color café claro también formarían parte de “accesorios que pueden ayudar en la identificación”, escribió Ricardo -cuyo nombre fue ajustado con fines de seguridad-. Él ‘rodaba’ en bicicleta con una amiga desde la Ciudad de México, capital del país, hasta el pueblo caracterizado por su atractivo turístico y afluencia de personas.
Pasaban las 12 del día del miércoles 2 de noviembre y la publicación ya contaba con diversas interacciones. “Te van a criticar por esto, pero yo te agradezco porque de alguna manera su familia la encontrará y podrá descansar en paz”, escribía una usuaria.
Pero Ricardo recalcó su único deseo: que su familia vea las fotos y pueda ir por ella para que le den una despedida digna. "No quiero que ella termine en una fosa común", dijo en una publicación.
Cerca de las 3:00 de la tarde del 2 de noviembre, él dio aviso de que sus familiares ya estaban camino a Morelos para la recuperación del cuerpo.
"Ahora sé que te llamabas Ariadna y también sé que mucha gente te estaba buscando y que eras muy querida por tus amigxs y familia", escribió en la plataforma la asociación civil Grupo Siade tras la difusión de las fotos.
En nueve meses de 2022 en el país se han registrado 5 mil 664 asesinatos de mujeres, de los que sólo 695 han sido tipificados como feminicidios -un crimen de odio-. Es decir, en lo que va del año por mes han asesinado en promedio a 77 mujeres por razones de género, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En tanto, 2 mil 136 asesinatos de mujeres corresponden a homicidios dolosos, mientras que 2 mil 833 fueron culposos, de acuerdo con datos del SESNSP.
Y una de las preocupaciones para la abogada feminista, Gabriela Amores, es el desamparo jurídico y social de los casos, como el de Ariadna Fernanda.
“No podemos pensar que solamente una persona vio el cuerpo. (...) es un lugar turístico, es un lugar al que día a día va la gente y encontrar a una mujer en ese lugar, o en ese ese municipio, o en ese estado, en donde se genera un tránsito de personas muy amplio, eso me preocupa más. Hay un vacío de sentimientos”, relata la jurista en una entrevista para Grupo Fórmula.
De esta forma, Amores reprocha que el hallazgo se dé en dicha zona con afluencia de turismo, donde se supone se brinda mayor atención en materia de seguridad, y reprueba que sean los personas comunes las que alertan a las autoridades, quienes son los primeros respondientes. Además, retoma que el delito de feminicidio en su mayoría se da en lugares privados, como en casa.
“Es lo peor de todo. Va más allá de que las personas en el ámbito privado encontremos y vemos y demos esta información a los policías de investigación, a los primeros respondientes. Duele muchísimo: primero a la familia, el primer contacto, saber que nadie le pudo dar un auxilio a su propia hija, su hermana, a su familiar. Pero también duele muchísimo como mujeres saber que te sientes sola”, indica.
De esta forma, la litigante advierte que el proceso de encontrar justicia será largo debido a que el mecanismo y modus de los policías -sin perspectiva de género- en México promueve la impunidad, que en este caso está viéndose clara.
¿La difusión de fotos en Twitter afecta la investigación?
En febrero de 2020, el país entero se conmocionó ante el feminicidio de Ingrid Escamilla y la cobertura que medios de comunicación realizaron sobre los hechos: imágenes del cuerpo de la víctima filtradas por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México fueron difundidas en redes sociales e incluso utilizadas como portada en periódicos de circulación nacional, hecho que derivó en un ‘estallido’ de protestas.
El caso también resultó en la creación de la Ley Ingrid: la fiscal Ernestina Godoy presentó ante el Congreso de la CDMX una iniciativa de ley que se oponía a la filtración de imágenes con una condena de dos a seis años de prisión con el fin de menoscabar la dignidad de las víctimas o de sus familiares.
“Lo que yo estoy visualizando solamente son imágenes de identificación humana. ¿Qué son las identificaciones? Son rasgos específicos de un cuerpo para poder ser localizado o saber su identidad, lo que yo he visto son tatuajes para su búsqueda (...) esta imagen no entorpece la investigación, sino todo lo contrario, es identificar, darle una identidad a ese cuerpo para saber quién es”, precisa Gabriela Amores.
Sin embargo, la jurista critica los mecanismos de investigación forense en México porque están muy alejados de ser vanguardistas, no cuentan con perspectiva de género, son limitados tanto en insumos como en capacidades intelectuales pese a la existencia de mecanismos ministeriales para la atención al delito de violencia en contra de las mujeres o protocolos para la actuación por feminicidio.
La especialista también añade que no es que “no existan” indicios de agresiones en algunos casos, más bien no hay material para realizar los trabajos. En ese sentido, las y los forenses descartan realizar la prueba por falta de material debido a que las diligencias deben ser inmediatas, esto quiere decir que los peritos cuentan con 12 horas tras la localización para reconocer y recabar la identificación del cuerpo, la edad, todos las señalizaciones y quién es el responsable dé.
Aunado a esto, sostiene que hay diversos prejuicios en cuanto al asesinato, razón por la que culpabilizan a las víctimas, situación que limita la investigación en su totalidad.
“No conocen la perspectiva de género. Bajo mi experiencia, no se reconoce la antropología forense como lo que es, no se reconoce la necropsia con su protocolo de feminicidio porque, es más, no llegan a hacer el raspado de uñas que es de suma importancia, creo que es la pericial más importante que tiene el femicidio para localizar (al agresor). No es que no haya (indicios), el problema es que no hay insumos para hacerlo y lo que hacen es responder de inmediato (...) hacen el estudio muy plano, no exhaustivo”, condena Gabriela Amores.
Es así como la abogada feminista hace un llamado a la no criminalización y también pide a las autoridades que evalúen a su personal con el fin de comprender ampliamente qué es la perspectiva de género y con ello aminorar la tendencia de protección de agresores por parte del sistema penitenciario mexicano.
“Creo que es importante empezar a capacitarlos y capacitarlas en cuanto a estudios forenses específicos para que puedan ir atendiendo, pero la capacidad de poder entender la perspectiva de género es mi llamado. Es mi llamado,” reitera la abogada.
Y de no entenderse la perspectiva de género, dimensionar la violencia en contra de las mujeres y crearse políticas públicas que erradiquen la problemática, solo se llegará a una vía: que las víctimas queden en el limbo… y sin justicia.