Una tos áspera, similar al sonido que hacen las focas y conocida en Estados Unidos como crup, ha encendido las alarmas entre los niños menores de cinco años infectados con Ómicron, la nueva variante del COVID-19.
Los niños desarrollan este tipo de tos, denominada como laringotraqueobronquitis, debido a que Ómicron tiende a asentarse más arriba en el tracto respiratorio, inflamando sus vías aéreas, que son más pequeñas que las de un adulto.
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De acuerdo con la Clínica Mayo, la tos es provocada por la hinchazón alrededor de las cuerdas vocales (laringe), la tráquea y los tubos bronquiales (bronquios). Cuando la tos obliga al aire a pasar a través de esta vía estrechada, las cuerdas vocales hinchadas producen un ruido similar a una foca que ladra.
De la misma manera, respirar hondo generalmente produce un silbido agudo (estridor).
No obstante, de acuerdo con la institución, esta tos no suele ser grave y también es provocada por virus estacionales. Aún así, el sonido puede resultar alarmante por las madres y padres de los pequeños que no se encuentran vacunados con el nuevo coronavirus.
Especialistas en Estados Unidos han identificado un incremento en en los casos de crup junto al aumento en los casos de COVID pediátricos, por lo que esperan las infecciones sigan creciendo a medida que Ómicron continúe propagándose.