El vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, confirmó que la fotografía en la que aparece el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, junto a líderes del crimen organizado fue tomada en la Iglesia de La Asunción de Yautepec el 12 de diciembre de 2018.
En conferencia de prensa, el sacerdote detalló que en aquella ocasión la misa fue oficiada por el sacerdote Juan Alvarado y aseguró que no hay ninguna situación real como algún medio está insinuando.
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“En una misa del 12 de diciembre estuvieron ahí presentes, pero simplemente no sabía qué personajes había ahí, más que el gobernador que no puedes dejar de ver qué es el gobernador. Él se saludó y punto, o sea que no es una situación real cómo algún medio está atenuando (sic) que es el padre”, explicó.
El párroco también negó que la iglesia haya sido la intermediaria entre el Gobierno de Morelos y grupos delictivos para lograr la pacificación de la entidad.
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“La Iglesia siempre estará a favor de la paz y no por eso, como se trató de vincular en una manta, la iglesia está en medio de esto”, afirmó.
Al cuestionarlo sobre si la Fiscalía General de la República y la Fiscalía del Estado deben investigar los presuntos vínculos de Cuauhtémoc Blanco con la delincuencia organizada, el sacerdote consideró que tienen que hacerse las investigaciones correspondientes, más allá de interpretaciones a través de las redes sociales.
El martes pasado se dió a conocer una fotografía en la que el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, posa junto al exlíder de Guerreros Unidos, Irving Eduardo Solano Vera, “El Profe” también conocido como “El Gato”, jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Morelos; Homero Figueroa Meza, “La Tripa”, líder de “Los Tlahuicas”, y Raymundo Isidro Castro Santiago, “El Ray”, líder regional del CJNG en Morelos, quien fue asesinado dentro de la cárcel de Xochitepec, en octubre del 2019.
Aunque el gobernador aseguró que desconocía que se traba de líderes del crimen organizado, el miércoles, el estado amaneció con una serie de mantas en las que se amenazaba a Cuauhtémoc Blanco con revelar “datos exactos” del asesinato de Samir Flores, quien fuera ultimado el 20 de febrero de 2019 afuera de su casa.