El uso descuidado de antibióticos ha estado generando resistencia en el cuerpo humano y está matando a más de 1.2 millones de personas al año, pues causa infecciones que no pueden ser controladas por los farmacéuticos, eso significa que acaba con más vidas que la malaria y el sida, según la investigación de la revista médica 'The Lancet' retomada por El País.
Este tipo de infecciones también ha afectado a otras 5 millones de personas en hospitales, y han muerto, sin ser esta la causa principal de los decesos.
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Según el diario de origen español, El País, los datos recabados del estudio son sobre una "pandemia" silenciosa que lleva años en marcha y que puede ser mucho más peligrosa que la que se está viviendo actualmente con el COVID-19.
La investigación ha analizado datos de 204 países y revela que en menos de 30 años, las denominadas 'superbacterias', podrían acabar con la vida de 10 millones de personas anualmente.
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Uno de los autores del informe e investigador de la Universidad de Washington en Estados Unidos, Chris Murray, indicó que debido a las infecciones por resistencia a los antibióticos, el mundo está más cerca de alcanzar la cifra de muertes previstas en 30 años de lo que pensaban.
Señaló que, en el estudio, ha sido de gran importancia el conteo de las muertes causadas directamente por las infecciones y las de aquellas en las que los microbios estuvieron presentes pero no fueron la causa principal, pues gracias a eso se abrió un panorama más amplio.
“Tenemos que actuar ya contra esta enorme amenaza”, alertó el investigador, Murray.
El País añadió que las infecciones respiratorias causadas por las bacterias resistentes, como la neumonía, son las que causan más muertes a nivel mundial, seguidas de las enfermedades sanguineas y las abdominales.
En países desarrollados, las infecciones de este tipo matan a 13 personas de cada 100 mil de media.
Acceso a medicamentos de último recurso
El veterinario y microbiólogo Bruno González Zorn, parte del equipo de la OMS para seleccionar la lista de antibióticos esenciales, dijo que no hay acceso general a los medicamentos de último recurso en muchos países, estas medicinas son más caras y solo se administran por vía intravenosa y en hospitales.
Mencionó que la falta de acceso es un problema creciente porque las personas buscan en el "mercado negro de antibióticos", donde no se cumplen con los requisitos ni los estándares de calidad. Por ello, las bacterias generan resistencia y se van propagando a lo largo y ancho del mundo.
Agregó que la pandemia generada por el virus del COVID-19 ha empeorado las cosas debido al incremento de ingresos a hospitales y el uso inadecuado de antibióticos, sobre todo en América Latina y África.
Los expertos y creadores de la investigación reclamaron medidas urgentes contra el problema, que consideran que solo se puede solucionar con medidas globales que involucren a los médicos, veterinarios, economistas de la salud e incluso sociólogos para conseguir que se difundan los mensajes adecuados y se detenga el mal uso de los medicamentos.
Con información de El País.