Tras el intento de asesinato de Donald Trump en su mitin de campaña en Pensilvania, se ha especulado mucho sobre cómo afectará esto a las elecciones estadounidenses de 2024. Sin embargo, nadie se pregunta todavía cómo pueden afectar estos acontecimientos al propio Trump.
Muchos parecen suponer que, como Trump salió del lugar con heridas aparentemente menores, seguirá con sus actividades como siempre. Para cualquiera que pensara que la sociedad ahora entendía los posibles efectos del trauma en la salud mental, esta suposición es a la vez decepcionante y preocupante.
Puede que Trump no experimente ningún efecto psicológico, pero dado que pronto podría ser reelegido, no se puede ignorar el posible efecto de estos acontecimientos en su salud mental (ya sea insignificante, negativo o positivo).
Estos trágicos acontecimientos también ofrecen una oportunidad para que tanto la sociedad como Trump reaviven el debate más amplio sobre el efecto y el manejo del trauma y para impulsar nuevas acciones.
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Trump se suma a las decenas de miles de estadounidenses que reciben tratamiento por heridas de bala no fatales cada año. Esas experiencias pueden hacer añicos la idea de que las personas viven en un mundo seguro, comprensible y controlable, y hacer que se sientan indignos, inseguros e inseguros.
Como resultado, los sobrevivientes de la violencia armada no letal enfrentan mayores riesgos de depresión, ansiedad, consumo de sustancias y trastorno de estrés postraumático (TEPT). El TEPT puede resultar abrumador . Las personas pueden revivir el evento a través de flashbacks o pesadillas. También pueden tener palpitaciones, sudoración o falta de aire cuando recuerdan el evento.
El trastorno de estrés postraumático también suele hacer que las personas intenten evitar los recordatorios del evento, pierdan interés en las actividades y se sientan insensibles, irritables y nerviosas. Pueden estar constantemente alertas a las amenazas, tener dificultad para concentrarse, tener arrebatos de ira y experimentar emociones abrumadoras.
De hecho, muchos sobrevivientes de traumas luchan con sus emociones . La persona puede no entender o ser consciente de sus emociones, le resulta difícil controlarlas y le cuesta mantenerse concentrado y evitar acciones impulsivas. Dadas las experiencias de ira “incontrolables” de Trump , sus emociones y su capacidad para manejarlas serán objeto de escrutinio.
Por el contrario, algunos supervivientes de traumas experimentan un crecimiento postraumático . Pueden desarrollar una mayor empatía, relaciones más sólidas, una espiritualidad más profunda y encontrar un nuevo sentido a la vida. Después de recibir un disparo en 1981, el trauma del entonces presidente Ronald Reagan pareció profundizar su sentido de empatía y humildad. Sintió que Dios lo había salvado por una razón, lo que lo impulsó a reducir las tensiones nucleares con la Unión Soviética.
Las reacciones ante un trauma varían ampliamente. El resultado depende de la personalidad y la biología de la persona . El significado que la persona le da a su experiencia y el apoyo social disponible también desempeñan un papel clave.
Ser extrovertido, como se dice que es Trump, está vinculado a una mejor capacidad de adaptación al estrés y a menos síntomas de TEPT . Sin embargo, otros rasgos de personalidad, como la baja amabilidad, la baja escrupulosidad y la baja estabilidad emocional, también atribuidos a Trump , están asociados a mayores niveles de TEPT . Por último, los altos niveles de narcisismo, como se dice que muestra Trump , también fomentan el desarrollo del TEPT y pueden hacer que las personas reaccionen incluso ante amenazas limitadas con agresividad .
La forma en que una persona le da sentido a su trauma puede ser crucial para sus consecuencias. Sentir vergüenza o enojo con los demás después de sufrir un delito violento se asocia con una mayor probabilidad de desarrollar trastorno de estrés postraumático.
Si la persona puede entender por qué ocurrió el hecho o puede sacar algo positivo de él, se pueden esperar mejores resultados . El significado que Reagan le dio a su tiroteo fue que era una señal de protección divina y del destino, lo que parece haber reforzado su compromiso con sus deberes presidenciales.
El apoyo social puede ser vital para la recuperación del trauma. Tener altos niveles de apoyo social antes de experimentar un trauma hace que sea menos probable que se desarrolle trastorno de estrés postraumático. Y los altos niveles de apoyo social después del trastorno de estrés postraumático ayudan con la recuperación .
Este apoyo puede provenir de familiares, amigos o una comunidad que puede ayudar brindándoles seguridad y un sentido de pertenencia, ayudándolos a comprender los acontecimientos, ayudándolos a resolver problemas y desalentando conductas de riesgo. La familia y el equipo de Trump serán esenciales para ayudarlo a procesar los acontecimientos de este fin de semana.
En este sentido, también es necesario reconocer la capacidad del trauma de extenderse poderosamente a partir de un acontecimiento. Quienes asistieron al acto de Trump, incluido su equipo de seguridad, así como sus amigos, familiares y el público en general que presenció el evento por televisión, deben ser conscientes de los posibles signos de trauma en ellos mismos y en los demás.
Oportunidad de efectos positivos
Afortunadamente, ahora existe una amplia gama de terapias psicológicas para ayudar a las personas con TEPT. Muchas organizaciones benéficas de salud mental también ofrecen sugerencias y apoyo. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, incluida la necesidad de capacitar a más personal de salud mental en atención adaptada al trauma y un mayor apoyo y financiación gubernamentales para los servicios.
Los acontecimientos recientes ofrecen a Trump una oportunidad para impulsar positivamente ese cambio. Podría ayudar a desestigmatizar las dificultades que experimentan muchos sobrevivientes de traumas, lo que podría incluir acabar con el mito de que buscar apoyo y ayuda es un signo de debilidad . Por el contrario, si Trump hiciera algún comentario despectivo sobre los sobrevivientes de traumas, similar a los que supuestamente hizo antes sobre los veteranos heridos, esto sería profundamente perjudicial.
Trump también podría contribuir a disipar la idea persistente de que el trastorno de estrés postraumático está vinculado principalmente a las armas, el combate y la guerra. Podría destacar que aproximadamente la mitad de las sobrevivientes de violación padecen trastorno de estrés postraumático . De hecho, como señala la psicóloga Judith Herman , “los trastornos de estrés postraumático más comunes no son los de los hombres en la guerra, sino los de las mujeres en la vida civil”.
Trump también podría ayudar a la sociedad a comprender mejor la violencia armada no letal y mejorar la prestación de atención efectiva tanto para los sobrevivientes como para sus familias .
Mientras el mundo observa, se irá revelando el efecto que estos acontecimientos tendrán en Trump, tanto a nivel personal como político. Todos merecemos compasión. Será crucial abordar eficazmente los efectos psicológicos del trauma, no sólo para Trump sino para la sociedad en su conjunto.
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*Por Simon McCarthy-Jones, profesor asociado de psicología clínica y neuropsicología, Trinity College Dublin.
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