El próximo 5 de noviembre, Estados Unidos elegirá a su nuevo presidente, cargo que se disputan la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, quien aspira a repetir un mandato
No obstante, a diferencia de México, el voto decisivo no es de los ciudadanos estadounidenses, sino del Colegio Electoral. Te explicamos en qué consiste este sistema.
¿Qué es el Colegio Electoral?
El Colegio Electoral es el sistema único de Estados Unidos para elegir a su presidente. Es diferente al voto popular y tiene un gran impacto en la forma en que los candidatos compiten y ganan las campañas.
Fue creado en 1789 para dar más poder a los estados y así evitar que el Congreso decidiera al ganador.
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El objetivo de este sistema era garantizar que tanto los estados grandes como los pequeños tuvieran una influencia en la elección del presidente. Los autores de la Constitución temían que un sistema basado en el voto popular beneficiara sólo a las áreas más pobladas, dejando a las regiones rurales con menos influencia. De ahí que diseñaran un mecanismo en el que los estados, más que los ciudadanos directamente, tuvieran el poder de decidir al presidente.
El Colegio Electoral está conformado por 538 electores, quienes votan por el candidato que ganó el voto popular en cada uno los 50 estados y el Distrito de Columbia.
Un candidato debe recibir 270 votos electorales para ganar la presidencia.
Debido a que el resultado es casi seguro en estados sólidamente republicanos y fuertemente demócratas, los candidatos tienden a concentrar la mayor parte de sus campañas en estados que no tienen una tendencia política definida, conocidos como "estados péndulo".
Es así que los estados son los encargados de organizar el proceso electoral y por ello cada uno fija horarios y reglas distintas para el voto.
¿Quiénes son los electores?
Los electores se asignan a cada estado con base en su representación en el Congreso, más dos senadores. Por ejemplo, Arizona tiene 9 distritos del Congreso, por lo que a Arizona se le asigna un total de 11 electores.
El número de distritos del Congreso asignados a cada estado se basa en la población. De tal forma que Wyoming solo representaría tres electores, mientras que California, con su vasta población, tiene 54 electores.
Varía según el estado, pero con frecuencia los electores son elegidos por los partidos estatales. Los miembros del Congreso no pueden actuar como electores.
Durante la jornada electoral, cada ciudadano estadounidense vota por los electores de su estado y no por la persona candidata a la presidencia. Dichos electores se comprometen a elegir al candidato que gane el voto popular en su territorio.
Después de que los funcionarios electorales estatales certifican sus elecciones, los electores se reúnen en sus respectivos estados para certificar los comicios. Este año, será el 17 de diciembre.
Una vez que los electores certificaron el voto, lo envían al Congreso, que hace el conteo y la legitimación oficial en una sesión especial el 6 de enero.
Si los dos candidatos tienen un número empatado de votos, la elección se lleva a la Cámara de Representantes, donde la delegación del Congreso de cada estado obtiene un voto. Eso ha sucedido solo dos veces en la historia de EU, en 1801 y 1825.
Cabe recordar que en 2016, Hillary Clinton obtuvo casi 3 millones de votos más que Donald Trump y en el 2000 Al Gore obtuvo medio millón más que George W. Bush, pero ambos perdieron las elecciones.
Es por ello que algunos demócratas señalan que este sistema de Colegio Electoral favorece a los republicanos y que preferirían que Estados Unidos eligiera a los presidentes por una mayoría simple de votos.