La Policía israelí confirmó la madrugada de este domingo haber arrestado a tres sospechosos por el lanzamiento de dos bengalas contra la residencia privada de Netanyahu en la urbe costera de Cesaréa, a unos 100 kilómetros al norte de Jerusalén.
El tribunal ordenó una orden de silencio sobre los detalles de la investigación y la identidad de los sospechosos durante 30 días para evitar interrupciones o daños a la investigación", detalló hoy un comunicado policial sobre la investigación conjunta con el Shin Bet (servicio de inteligencia nacional).
No se reportaron daños en el incidente y, según fuentes policiales, Netanyahu y su familia no se encontraban en esta segunda residencia en el momento del suceso. Una ventana de esta misma vivienda fue dañada el mes pasado en un ataque con dron de Hizbulá.
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Este último percance ha suscitado el rechazo entre gran parte del elenco político, con el presidente israelí, Isaac Herzog, calificándolo de "escalada peligrosa" que no debería preceder a un "aumento de la violencia en la esfera pública", según denunció en un comunicado.
A su vez, el ministro de Justicia, Yariv Levin, fue todavía más lejos y lo describió como el último “eslabón de una cadena de acciones violentas y anárquicas, cuyo propósito es provocar el asesinato del primer ministro y el derrocamiento del gobierno electo mediante un golpe violento”.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, el colono y ultranacionalista Itamar Ben Gvir, declaró que “la incitación contra el primer ministro Benjamín Netanyahu ha cruzado todos los límites”, reprobó en X.
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Hoy es una bengala y mañana es fuego real”, dijo, pidiendo que se detenga “la incitación contra Netanyahu y su familia”.
El recientemente asignado ministro de Defensa, Israel Katz, también dijo hoy en X que este acto equivale a "cruzar todas las líneas rojas", y que Netanyahu "amenazado por Irán y sus aliados que están intentando asesinarle, no puede estar sujeto a las mismas amenazas dentro de casa".