El 7 de octubre de 2023, el Movimiento Palestino de Resistencia "Hamás" realizó un ataque sorpresivo contra Israel, marcando el comienzo de un nuevo y violento capítulo en la región, un torbellino de balas, sangre y dolor. Este asalto de milicianos en territorio israelí resultó en un saldo devastador de mil 200 muertos y cerca de 200 rehenes, de los cuales 109 aún continúan en cautiverio.
En respuesta, Israel, bajo el liderazgo de su primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, declaró una guerra abierta contra Hamás, comenzando una ofensiva aérea y terrestre en Gaza. Los bombardeos israelíes causaron una destrucción significativa de la infraestructura en la Franja de Gaza, obligando a miles de personas a abandonar sus hogares.
La reacción internacional fue rápida y polarizada; algunos países condenaron el ataque de Hamás, mientras que otros criticaron la respuesta de Israel por considerarla desproporcionada. Esta dinámica agregó complejidad a la guerra en Medio Oriente.
Gaza bajo fuego
Tras el ataque inicial de Hamás, Israel impuso un bloqueo total sobre Gaza, interrumpiendo el suministro de agua, electricidad y combustible. Esta situación, combinada con los bombardeos, provocó una profunda crisis humanitaria. Naciones Unidas y diversas organizaciones humanitarias advirtieron sobre las devastadoras consecuencias para la población civil atrapada en medio del conflicto.
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La situación en Gaza se deterioró rápidamente; los hospitales, abrumados por la falta de suministros y personal, se vieron incapaces de atender a los miles de heridos y otros destruidos por el Ejército de Benjamín Netanyahu. A pesar de los llamados internacionales a un alto el fuego, las hostilidades continuaron. Israel intensificó su ofensiva, enfocándose en eliminar líderes del grupo militante y destruir sus redes de túneles.
Amnistía Internacional se pronunció, instando a la comunidad internacional a intervenir y exigir un cese al fuego, argumentando que la situación en Gaza violaba gravemente los derechos humanos.
2024: La expansión del conflicto hacia Líbano e Irán
Con el conflicto en Gaza ya en curso, la frontera norte de Israel se convirtió en otro foco de tensión cuando Hezbolá, un grupo chiita libanés respaldado por Irán, comenzó a lanzar ataques desde el sur de Líbano. Estos ataques incluyeron el lanzamiento de cohetes hacia ciudades del norte de Israel y enfrentamientos esporádicos entre las milicias de Hezbolá y el ejército israelí.
Desde el establecimiento de Hezbolá hasta la actualidad, la eliminación del Estado de Israel ha sido uno de sus principales propósitos. Ciertas traducciones del manifiesto de Hezbolá en árabe, publicado en 1985, sostienen que su "lucha concluirá únicamente cuando esta entidad sea destruida".
Adicionalmente, la comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, asegura que Irán ha jugado un papel clave en la intensificación del conflicto al proporcionar apoyo logístico y militar a Hezbolá y Hamás.
Israel ataca a Irán en Siria
En un ataque sorpresa, Israel realizó el 1 de abril un bombardeo con misiles al consulado iraní en Damasco, Siria, lo que resulta en la muerte de un general de la Guardia Revolucionaria de Irán y 13 personas más, intensificando el temor a un conflicto regional. El mismo día, el Hospital Al-Shifa, el principal centro médico en la ciudad de Gaza, queda completamente destruido y fuera de funcionamiento tras dos semanas de asedio.
También se reportaron ataques israelíes dirigidos a posiciones militares en Líbano, en respuesta a la actividad del grupo libanés al inicio del conflicto.
Una rivalidad en décadas
La frontera entre Israel y Líbano ha sido históricamente un punto caliente en el Medio Oriente, y en 2024, volvió a ser escenario de enfrentamientos significativos.
A medida que la situación en Gaza se agravaba, Israel tuvo que dividir sus esfuerzos militares para responder a las incursiones de Hezbolá en el norte.
Yemen a escena
Poco después, los rebeldes hutíes en Yemen se sumaron al conflicto, llevando a cabo ataques frecuentes contra el tráfico marítimo en el Mar Rojo y el Mar Arábigo. Además, lanzaron misiles y drones hacia Israel, siendo uno de estos proyectiles detonado en Tel Aviv en julio pasado. Por otro lado, las milicias chiítas en Irak y Siria han intensificado sus advertencias, empleando drones y cohetes para defender la causa palestina.
En agosto, todo empeoró, pues en un lapso de solo dos días, Israel detonó miles de dispositivos de búsqueda y comunicación, como buscapersonas y walkie-talkies, utilizados por integrantes de Hezbolá. Esta operación resultó en la muerte de alrededor de 40 personas y dejó a miles más heridos en Líbano, muchos de los cuales sufrieron ceguera o discapacidades permanentes.
La respuesta de Teherán se produjo la noche del 1 de octubre, cuando lanzó el ataque más grande de su historia contra Israel, bombardeando con una intensa lluvia de misiles diversas ciudades principales, incluyendo Tel Aviv, Jerusalén y Haifa. Tanto Israel como Estados Unidos condenaron esta acción y respaldaron al primer ministro Netanyahu, aunque afirmaron que los proyectiles no resultaron en víctimas ni causaron daños materiales significativos.
Israel ¿con derecho a defenderse?
Israel, respaldado por Estados Unidos, insistió en su derecho a defenderse de los ataques de Hamás, Irán y Hezbolá, mientras que algunos países árabes y organismos internacionales pidieron un alto al fuego inmediato y el levantamiento del bloqueo sobre Gaza.
Sin embargo, a pesar de los llamados a la paz, la guerra en Medio Oriente continúa intensificándose, afectando no solo a Israel, Gaza y Líbano, sino también generando tensiones en otras partes del Medio Oriente, como Siria y Jordania.
Muerte y destrucción
El conflicto entre Israel, Gaza y Líbano ha dejado huellas profundas en toda la región del Medio Oriente. Las infraestructuras devastadas, las miles de vidas perdidas y el desplazamiento masivo de civiles son solo algunos de los impactos inmediatos. No obstante, las consecuencias a largo plazo son aún más alarmantes, ya que el conflicto ha reforzado la polarización en la región y ha generado un ciclo de venganza y represalia que podría perdurar durante años.
El panorama para 2024 y los años siguientes es incierto en Gaza, Líbano, Israel e Irán que en estos momentos viven un torbellino de balas, sangre y dolor. A pesar de los esfuerzos de mediación internacional, los enfrentamientos persisten, y las perspectivas de una resolución pacífica parecen distantes. La guerra en Medio Oriente sigue siendo un tema crítico que involucra no solo a los actores locales, sino también a potencias globales con intereses estratégicos en la región.