El fast fashion o moda rápida provoca que algunas marcas introduzcan al mercado millones de prendas que se mantienen en tendencia por períodos breves de tiempo y los lanzamientos no siempre coinciden con los cambios de temporada, es decir que no corresponden con el cambio de estaciones de cada país, de acuerdo con Greenpeace.
Lo que genera que los consumidores se vean “presionados” para renovar sus guardarropas de forma constante y desechen las prendas que dejan de estar en tendencia. Las cuales muchas veces terminan en tiraderos de basura y generan altos niveles de contaminación.
Alrededor del 73 por ciento de la ropa que se produce anualmente termina incinerada o en basureros, de acuerdo con la organización.
Además, para fabricarla se utilizan sustancias químicas dañinas para la salud y al ser desechadas en basureros muchas veces terminan en cuerpos de agua, como ríos, que son contaminados.
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Ante esta situación distintas organizaciones y empresas han lanzado campañas de reciclaje y recolección. Una de ellas es la cadena Hennes & Mauritz, conocida como H&M, lanzó una campaña a nivel mundial para recolectar y reciclar la ropa que las personas ya no quieren.
“Cerremos el ciclo” es una campaña que se lanzó desde 2013 con el fin de reducir la cantidad de ropa que se desecha en basureros a nivel mundial. Para ello, la cadena de tiendas de ropa habilitó puntos de recolección en todas sus tiendas, incluidas las de México, donde las personas pueden llevar las prendas que ya no quieren sin importar la marca y en cualquier condición.
Las prendas se depositan en las cajas que H&M tiene para hacer la recolección, quienes participan en la campaña reciben cupones de descuento en la tienda para utilizar en la próxima compra.
La ropa que es recolectada por la empresa de origen sueco se clasifica en tres categorías:
- Para reutilizar: se utilizan para producir otros productos, ya sea nuevas colecciones o como trapos de cocina.
- Para reaprovechar: si está en buen estado se vende como ropa de segunda mano.
- Para reciclar: se tritura para crear fibras que se pueden utilizar para crear otro tipo de productos, como materiales de aislamiento.
H&M detalló que durante 2020 recolectó 18 mil 800 toneladas de ropa y textiles mediante su programa de recolección. Lo que equivale a 94 millones de camisetas.
A pesar de que H&M presume el impacto de su campaña, una investigación del portal sueco Aftonbladet reveló que algunas de las prendas que la cadena sueca recolecta terminan en los basureros más grandes de ropa del mundo, ubicados en África.
Ropa de H&M termina en tiraderos de África
Aftonbladet, junto con el investigador Staffan Lindberg y el fotógrafo Magnus Wennman, dejaron 10 prendas a las que les pusieron un Airtag, dispositivo de Apple que sirve para rastrear cosas, en distintos tipos de puntos de recolección de Estocolmo, capital de Suecia, y sus alrededores para ver a dónde llegaban.
La investigación arrojó que las prendas que el equipo dejó fueron vendidas a exportadoras que las llevaron a distintas partes del mundo y se dieron cuenta que sólo dos prendas se enviaron a reciclaje.
Además, el equipo de investigación perdió el rastro de cinco prendas, pero pudieron rastrear tres, de las cuales dos aparecieron en África y una en la India.
El equipo de investigación le siguió el rastro a una chamarra que terminó en Cotonú, una ciudad de Benín, en África. Ahí mandan la ropa que ya no se vende para que sea depositada en tiraderos, muchos de ellos se ubican en la costa, o la incineran para deshacerse de ella.
En los mercados de Benín hay cientos de vendedores que ofrecen prendas de diferentes marcas, como H&M, a diferentes precios. Sin embargo, no todo lo pueden comercializar, ya que hay ropa que no pueden usar por las condiciones climáticas del país, por ejemplo equipo para esquiar.
Los habitantes de ese país y de otros que están en África utilizan la frase "ropa de hombre blanco muerto" para referirse a las prendas que terminan en sus calles como resultado del fast fashion.
Así que la ropa que no se vende y no se puede usar va directo a los tiraderos que hay en ese país. Lo que genera contaminación de sus playas, en el mar y en el aire que respiran.
Benín no es el único país del continente que se utiliza para desechar ropa, Kenia y Ghana son los que concentran los principales tiraderos de ropa del mundo.
Así que la próxima vez que la próxima vez que consideres dejar tu ropa en los puntos de recolección de H&M, considera llevarla con organizaciones o a lugares donde sepas que realmente se va a reutilizar, va a servir para otras personas y que no va a ser desechada a los basureros de tu ciudad o terminará en tiraderos de África para incrementar los niveles de contaminación.