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VIDA MARINA

La verdad de Gladis y su pandilla: El peligro para las orcas que nadan junto a yates en Gibraltar

La leyenda de una orca vengadora parece improbable; al contrario, las orcas del Estrecho de Gibraltar podrían estar en riesgo de ser atacadas o asesinadas por humanos.

Escrito en MUNDO el
Orca Gladis Juan Carlos García

La leyenda de la orca Gladis cruzó el Atlántico: algún hombre rico con su yate lastimó a una orca en el Estrecho de Gibraltar, sin anticipar que este inocente cetáceo crearía un grupo de vengadoras que, golpe por golpe, restituirán la justicia y devolvería el mar a quien pertenece: a la vida salvaje. Es una historia increíble, capaz de entusiasmar a cualquiera, ¿pero es así como ocurre?

La hipótesis de que el grupo de Gladis esté siendo agresivo para buscar venganza, es poco probable, en tanto que resulta improductivo para las orcas en términos alimenticios. Así lo explicó Elena Escatel Luna, bióloga y doctorante en Ciencias del Mar, a Grupo Fórmula.

"No se puede saber el motivo específico, en este momento al menos, del comportamiento. Dudo mucho de que se trate de un comportamiento agresivo. Son animales muy inteligentes que aprenden muy rápido (...) y tienen adaptaciones conductuales que les permiten salir adelante para conseguir alimento, salvar su vida, cazar y resguardarse, principalmente", comentó Elena Escatel.

¿La orca Gladis ataca yates para obtener venganza?

Desde 2020, alrededor de 15 orcas, que cazan en el Estrecho de Gibraltar y la costa norte y oeste de la Península Ibérica, han incrementado sus interacciones con yates, registrando, tan sólo en 2023, 53 incidentes de los cuales, 12 resultaron en daños y uno, en hundimiento, según reporta la asociación Orca Atlántica.

De acuerdo con Alberto López, un vocero de Orca Atlántica (consultado por el diario El País) una de las hipótesis que se arrojaron fue la de que quizá, Gladis, una de las integrantes del grupo de las 15, la mayor de todas, había tenido un evento traumático que la había llevado a atacar los yates. Sin embargo, él mismo señaló que ésta era una hipótesis entre otras.

La maestra Escatel planteó la hipótesis de que el grupo de Gladis haya tenido una interacción con veleros y que por esta interacción hayan caído peces o pescados, por lo que eso les habría dado a las orcas un beneficio de muy fácil alcance.

En segundo lugar, la investigadora señaló que la interacción podría tratarse de una especie de juego. Explicó que estos se dan entre grupos de orcas, sobre todo con la intención de que los individuos jóvenes aprendan a cazar y alimentarse.

"Hay una especie de periodo en la que las orcas más jóvenes reciben lecciones de los más grandes, para cazar por ejemplo. Así como los grupos familiares de leones, que las hembras cazadoras enseñan a los jóvenes", detalló Elena Escatel.

Por esta misma razón parece que las orcas juegan con focas u otras especies, "no es que sean crueles", sino que se trata de un comportamiento para que los más jóvenes aprendan a manipularlos y a cazar. Un comportamiento que oscila entre el juego y el aprendizaje. Y recordó que el viejo mote de las orcas, 'ballenas asesinas' es erróneo en tanto que estos animales ni son ballenas ni son asesinas.

¿Qué le espera a la pandilla de Gladis?

La bióloga adelantó que el grupo de Gladis podría continuar con el comportamiento de golpear yates y, si es productivo y les facilita que consigan alimento, incluso, se lo podrían enseñar a más orcas.

En este sentido, Elena Escatel señaló que el peligro podría estar presente, no para la gente con yates, sino para las orcas mismas, por lo que hizo un llamado a tener conocimiento de los animales marinos y su situación y cuidarlos.

"Pienso que puede significar un riesgo mayor para las orcas. Porque, si en determinado momento, nos asustamos mucho porque se perfora la embarcación y se empieza a hundir, y hay niños pequeños o piensan que el animal los va a agredir, lo van a querer matar", dijo Elena Escatel.

La experta explicó que los humanos maten animales marinos como las orcas es una práctica común, no solamente ante un supuesto riesgo, sino también cuando algún animal perfora redes para comerse pescado y otro tipo de situaciones.