Debido a la contingencia ambiental en el valle de México, se ha recomendado no exponerse mucho tiempo al exterior para evitar problemas respiratorios, pero ¿qué tanto puede afectar la calidad del aire a una persona con asma? Aquí te decimos.
El asma es un síndrome que engloba a pacientes con los síntomas recurrentes provocados por la obstrucción variable de los bronquios. Aunque su origen sea multifactorial, usualmente algunas circunstancias pueden aumentar la predisposición a padecer la enfermedad o empeorar los síntomas.
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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 7.8 por ciento de la población vive con asma, una enfermedad cuya incidencia en México aumenta y está relacionada directamente con diversos factores, entre ellos la mala calidad del aire, el tabaquismo, la exposición al humo de leña y la predisposición genética.
El Día Mundial de Asma se conmemora cada primer martes de mayo, cuyo propósito es concientizar sobre el cuidado y la prevención de esta enfermedad que padecen cerca de 235 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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¿Qué factores pueden empeorar el asma?
Existen numerosos factores de riesgo asociados a la aparición del asma, que van desde perinatales hasta ambientales y afectan diferentes edades del paciente. Según la Guía Española del Manejo del Asma (GEMA), los estudios actuales indican que los factores genéticos tienen cada vez mayor relevancia.
Por otro lado, los factores ambientales como los aeroalérgenos, alérgenos laborales o infecciones respiratorias juegan in papel destacado. Existe evidencia de que la contaminación en el interior de los edificios y en el exterior pueden ser desencadenantes de la aparición de asma o agudizaciones de la misma.
El estudio "Air Pollition and Asthma: Mechanisms of Harm and Considerations for Clinical Interventions", expone que el aire contaminado contribuye el desarrollo del asma en la infancia.
Según el análisis, los efectos dañinos de la polución afectan al desarrollo de los pulmones y el sistema respiratorio en la edad temprana, el control del asma, la función antimicrobiana del sistema inmune y la agudización de la enfermedad, por lo que contribuye a incrementar la morbilidad de los bronquios y la incidencia de otras enfermedades respiratorias crónicas.
Miguel Niño, médico y miembro del Grupo de Trabajo de Patología Respiratoria de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), señala que "la nube tóxica al rededor de las grandes ciudades afecta negativamente al pulmón, especialmente a aquellos con problemas respiratorios".
Autocuidado y control del asma
Aunque el asma sea una enfermedad crónica sin cura, existen numerosos tratamientos que permiten llevar una vida normal en la mayoría de los casos, pero el autocontrol y el autocuidado son las claves para poder convivir con la afección. Se tiene que pasar por un aprendizaje sobre la enfermedad, acompañado de los equipos sanitarios para adquirir conocimientos para controlar el padecimiento.
Los expertos recomiendan que el paciente realice un manejo autónomo del tratamiento, siempre bajo las indicaciones del personal médico y aplique medidas higiénico-nutricionales dentro del autocuidado, así como llevar un autocontrol para evitar factores desencadenantes y actitudes para manejar alguna complicación.
Miguel Niño recomienda el uso de cubrebocas o mascarilla en pacientes con problemas respiratorios, ya sea en interiores y especialmente en exteriores.
Si se tiene sospechas de padecer asma o tiene dificultad para respirar, tos, ruidos en el pecho tras realizar ejercicio físico, o respirar un alérgeno, recomendamos acudir a su médico.