Uno de los personajes más controversiales en el mundo es Adolfo Hitler, quien de acuerdo con la mayoría de los historiadores, se suicidó en su búnker de Berlín, el 30 de abril de 1945.
Sin embargo, pese a que ya han pasado varias décadas y ante la falta de una imagen definitiva del cadáver del líder nazi, siguen surgiendo teorías conspirativas sobre cuál fue su verdadero destino.
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De acuerdo con los historiadores y la versión que se ha mantenido como la oficial, Hitler se quitó la vida con un disparo de arma de fuego y por envenenamiento tras ingerir cianuro. Tras ello, los ayudantes ingresaron a la sala de mapas donde encontraron al dictador alemán en un sillón con gotas de sangre en la cara.
Inmediatamente los asistentes del militar sacaron su cuerpo y el de su esposa, Eva Braun, envueltos en una alfombra y posteriormente fueron rociados con gasolina y se les prendió fuego.
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No obstante, no existe testimonio confiable ni documentación alguna que avale que realmente ocurrió el suicido en la cancillería de Berlín, únicamente se identificaron piezas dentales de ambos y cráneos, los cuales, se encontraban intactos, es por ello, que han surgido numerosas teorías al respecto.
Teorías sobre el destino de Hitler
La teoría principal que se ha mantenido durante años es que Adolfo Hitler huyó a España donde permaneció escondido durante un tiempo.
Otros aseguran que el líder nazi escapó en un submarino a Sudamérica, específicamente a Argentina, incluso existen entrevistas con testigos que aseguran que estuvieron con el militar en dicho país.
Según lo relatado por el periodista Abel Basti en su libro ‘El exilio de Hitler’, existen documentos del servicio secreto alemán, que respaldan la estadía del político en Barcelona, lugar al que habría llegado de un vuelo procedente de Austria.
Mientras que un servicio secreto inglés, afirma que un convoy de submarinos con los jerarcas nazi y otro más salió con rumbo a Argentina, haciendo una escala en las islas Canarias.
Existe otra teoría que narra que Adolfo Hitler en realidad escapó a una supuesta base secreta nazi, ubicada en la Antártida, mientras que una más apunta que su destino fue el Matto Grosso, en Brasil, y que murió en 1984.
También se ha revelado que Hitler no vivió el resto de su vida enclaustrado, sino que se trasladaba con total libertad por Argentina, Brasil, Colombia y Paraguay.