Este lunes la confrontación de Rusia con Ucrania y Occidente se agravó aún más, luego de que el presidente Vladímir Putin desplegara tropas militares en los territorios de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Luhansk, reconocidas por Moscú, para ejercer funciones de pacificación.
No obstante, el decreto de reconocimiento de independencia de las regiones separatistas del este de Ucrania, alimentan también la posibilidad de una intervención mayor del Kremlin en la zona, lo que supone el recrudecimiento del conflicto entre ambas naciones.
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Cabe recordar que el conflicto data desde el 2014, una vez que el presidente ucraniano partidario de Moscú fue destituido por las protestas multitudinarias; Rusia respondió sumando a la península ucraniana de Crimea, posteriormente apoyó la insurgencia en la región este de Ucrania, donde en su mayoría son de habla rusa, conocida como Donbás.
En abril de ese mismo año, los rebeldes respaldos por Rusia tomaron edificios gubernamentales de las regiones de Donetsk y Luhansk, quienes proclamaron la creación de “repúblicas populares”, además se enfrentaron contra tropas y batallones de voluntarios de Ucrania.
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Mientras que un mes después, las regiones separatistas celebraron una votación popular para declarar su independencia, y con ello intentaron formar parte de Rusia; sin embargo, dicho reconocimiento no había llegado hasta este lunes.
Por su parte, Ucrania como Occidente acusaron a Rusia de respaldar a los rebeldes con tropas y armas, aunque dicha acusación Moscú la ha negado en reiteradas ocasiones, alegando que los rusos que lucharon allí eran voluntarios.
Tanto Donetsk como Luhansk ocupan una superficie de alrededor de 6 mil 500 kilómetros cuadrados y previo al conflicto eran conocidas por su industria pesada y sus minas de carbón.
En ambas regiones se sabe que sólo hay menos de 3 millones de habitantes, pues durante la guerra muchos huyeron.
Ahora, al reconocer la independencia de los territorios rebeldes prorrusos, Rusia aviva las tensiones con Occidente, luego de varios días de enfrentamientos a lo largo de la línea de fuego en Donetsk y Luhansk.
Ucrania y Occidente acusaron a Moscú de fomentar las tensiones para crear un pretexto para una invasión. En tanto que Rusia acusó a Ucrania de intentar recuperar por la fuerza los territorios que están en manos de los rebeldes, afirmación que Kiev rechazó enérgicamente.
Tras ello, los líderes separatistas difundieron una serie de videos mediante los cuales anunciaban la evacuación de civiles ante lo que describieron como una “agresión” ucraniana, además pedían a Vladímir Putin reconociera su independencia.
Con información de EFE