Qatar está en boca de todos, pues al ser la sede del Mundial de fútbol sus usos y costumbres han quedado a la vista del mundo entero, pero también sus más oscuros secretos. Entre ellos, el del príncipe que 'compró' Los Ángeles y sus excentricidades.
Aunque se trataba de un país que hasta el siglo XX subsistía con una modesta economía basada en el pastoreo y la pesca a baja escala, el descubrimiento de yacimientos petroleros convirtió a Qatar en uno de los países con los ingresos per cápita más altos del mundo.
En este país gobierna desde hace 150 años la dinastía Al Thani, actualmente encabezada por Hamad bin Khalifa Al Thani, y de la que forma parte Khalid Bin Hamad Bin Khalifa Al Thani, el príncipe catarí que incursionó en los Estados Unidos con sus excentricidades.
¿Cómo este príncipe de Qatar ‘compró’ Los Ángeles?
En 2011, el príncipe Khalid Bin Hamad Bin Khalifa Al Thani llegó a la ciudad de Los Ángeles en Estados Unidos para estudiar en la Universidad del Sur de California (USC), pues los dos hermanos mayores del emir ya habían asistido a universidades de élite como Harvard y Georgetown.
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Diversas fuentes afirman que el joven no logró ser admitido en la USC por lo que su madre tuvo que hacer una importante fundación a través de la Fundación Qatar para que Khalid pudiera ingresar a la universidad.
Una vez dentro, el príncipe tampoco tuvo que seguir las normas como el resto de los estudiantes, pues su familia había llegado a un 'arreglo especial' con la administración con el que Khalid obtuvo un permiso para saltarse las clases.
A pesar de ello, logró hacerse de una maestría en un período de tiempo inusualmente corto y sin tener que presentarse a clases, pues se encontraba de vacaciones por Europa.
A estos acuerdos especiales se sumaron la falsificación de documentos, regalos inapropiados a profesores entre los que destaca un reloj de la marca Rolex y mucho más.
Además, al ser fanático de la Fórmula 1, el príncipe contaba con una amplia escudería de autos de lujo que podrían circular por la ciudad de Los Ángeles gracias a los sobornos que ofreció a funcionarios del departamento de vehículos.
Aunque la fortuna de Khalid había logrado conquistar la ciudad, su historia cambió cuando sus ex empleados lo denunciaron en Estados Unidos por numerosos delitos, incluyendo intento de homicidio, violación, secuestro, sodomía y más.
Incluso uno de los demandantes, Terry Hope, empleado del príncipe, lo acusó de haberle ordenado en reiteradas ocasiones asesinar al dueño de la liga americana de carreras, a quien consideraba rival, y a su esposa.