El árbol de jacaranda (Jacaranda mimosifolia) es muy común en nuestro país y está considerado como un "árbol exótico". Cuando se acerca la primavera sus flores llenan las calles de muchas ciudades de México de un color azul violeta y lila.
Es un hermoso espectáculo el que se presenta en Ciudad de México y Cuernavaca, pero más allá de la belleza en colorido hay mucho que hablar sobre la jacaranda.
Y es que la jacaranda y sus cerca de 50 especies están presentes en todo el mundo.
Te podría interesar
Su origen se puede localizar en la región del Chaco, entre Brasil, Paraguay, Bolivia y Argentina, de ahí que el nombre de "Jacaranda" proviene del portugués "yacarandá", que significa oloroso o perfumado. Hay que aclarar que la flor de jacaranda no posee gran olor, es casi imperceptible.
¿Cómo llegó la Jacaranda a México?
No hay una certeza de cómo el árbol de jacaranda llegó a México.
Según la historia, a fines del siglo XIX el presidente Porfirio Díaz pidió al jardinero japonés Tsasugoro Matsumoto que embelleciera las principales avenidas y parque de la Ciudad de México. Una de las elecciones del jardinero japonés fue la jacaranda. Tras la Revolución Mexicana, el Presidente Álvaro Obregón permitió que el famoso jardinero japonés continuará con su labor de embellecimiento.
El Presidente Plutarco Elías Calles quiso que la ciudad de embelleciera con cerezos, tal como lo había visto en Washington (EU), pero debido a la biología natural del cerezo, no fue factible plantarlos en la Ciudad de México y se sustituyó por jacarandas que tiene una flor de color similar.
Se cuenta, además, que el Ing. Miguel Ángel de Quevedo, llamado el «Apóstol del árbol» y fundador de la Sociedad Forestal Mexicana tuvo a bien plantar muchas jacarandas en diversas avenidas de la Ciudad de México.
Los árboles de jacarandas pueden llegar a medir hasta 20 metros de altura y llegan a vivir más de 100 años. Es así como el día de hoy las principales avenidas y parques de la Ciudad de México están llenas de jacarandas.
Y siguiendo el ejemplo urbanístico de la Ciudad de México, ciudades como Cuernavaca fueron embellecidas con jacarandas.
La controversia sobre la jacaranda en el urbanismo
La jacaranda se ha adaptado muy bien al clima de las ciudades de México; además de subsistir con poca agua. Su semillas son "aladas" por lo que se esparcen fácilmente y una vez plantadas producirán muchos árboles más de jacaranda en los alrededores.
A últimas fechas se ha generado una agria discusión sobre el uso de la jacaranda para embellecer y reforestar parques y avenidas dentro de las ciudades.
Las raíces del árbol de jacaranda rompe el pavimento de calles y banquetas, además de deformar y destruir las tuberías de agua y drenaje.
Además, en invierno, las ramas son muy frágiles por lo que es frecuente se rompan y reviente cables de electricidad y obstruyan las calles, llegando a dañar vehículos y personas.
Pero, en el estudio Sumideros de CO2 de la Universidad de Sevilla
La jacaranda es uno de los 3 árboles que mejor procesan los gases de invernadero (CO2). Diez árboles adultos de jacaranda pueden absorber el CO2 producido por 1405 automóviles.
Así que ya lo sabes, el árbol de jacaranda es uno de los más exóticos, bellos y comunes en muchas ciudades de México. Es excelente para procesar el CO2 pero tiene el inconveniente que rompe calles y banquetas.