Como es bien sabido, muchos habitantes de la Ciudad de México poseen casa de fin de semana en Cuernavaca.
Hace años, antes de la llegada de la era de los teléfonos inteligentes y la era digital, quienes llegaban a una casa de Cuernavaca en plan vacaciones o fin de semana, relataban hechos curiosos y tenebrosos.
Narraban que a mitad de la noche empezaban a escuchar ruidos extraños, crujidos y una especie de sonido que pareciera como si alguien estuviera "mandando besos" ruidosos.
Los más valientes revisaban la casa y no hallaban el origen de tales ruidos extraños. Entonces con cierto afán morboso declaraban que la casa estaba embrujada o que simplemente habían sentido "una presencia sobrenatural".
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Conforme fueron aumentando los relatos, algunos curiosos y escépticos se cuestionaron seriamente el fenómeno.
La lagartija besucona
¡Ni espantos, ni casa embrujadas, ni nada esotérico! El origen de estos ruidos extraños es un pequeño animalito, una lagartija de la familia de los geckos que, como es natural, recibe muchos nombres, según la región de la que se trate:
- Lagartija besucona
- Chichu
- Cahora
- Salamanquesa
- Salamandra besucona
- Gecko enlutado
- Lepidodactylus lugubris o Lepidodactylus lorenus
Se le puede encontrar fácilmente en el interior de casas de:
- Morelos
- Guerrero
- Tabasco
- Chiapas
- Oaxaca.
Estos geckos son originarios de China y Filipinas y están presentes en México desde tiempos Novohispanos (posteriores a la conquista). Se cree que viajaron como "polizontes" en la Nao que tenía la ruta entre México y Asia.
Lagartijas besuconas: ¿por qué hacen sonidos tan raros?
La familia de los geckos se distinguen por poseer cuerdas vocales con las cuales pueden transmitir mensajes diversos, con lo cual crea una comunicación entre la comunidad de estos animalitos.
Algunos de estos sonidos complejos, son parecidos al de una persona produciendo un beso al aire.
Durante el periodo de apareamiento de la lagartija besucona, estos sonidos se incrementan en volumen y complejidad.
Principalmente son de hábitos nocturnos y son muy escurridizos ante la presencia humana. Les gusta esconderse detrás de cuadros y mobiliario; los lugares oscuros y frescos son sus preferidos.
¿Son peligrosos o venenosos?
Muchas personas, tienden a pensar que cualquier "bicho" es "peligroso" para los humanos, sobre todo para los infantes.
Las cuijas besuconas no son venenosas ni representan peligro alguno para los humanos, pero no por esto se debe agarrar, manosear, capturar o intentar volverlos mascotas, por respeto a su propia vida y a su naturaleza.
Las lagartijas besuconas son incluso benéficas para el hábitat humano pues se alimentan de alacranes, arañas y cucarachas, entre otros bichos.
No las mates, no las molestes y no las saques de tu casa.
El chiste de la cuija besucona
Hay un chiste famoso sobre estas lagartijas ruidosas:
Dicen que había un hombre flojo y perezoso, un "huevonazo" dirían en en el centro de México. Se encuentra con la lámpara de Aladino, la frota y sale el genio, diciendo "te concederé tres deseos".
Primer deseo: quiero una bolsa llena de oro, para no volver a trabajar en mi vida.
Segundo deseo: quiero un burro, para que me cargue la bolsa de oro, porque ¡qué flojera cargar la bolsa de oro!.
Tercer deseo: quiero una lagartija besucona, porque ¡que flojera arrear al burro con la bolsa de oro!.
Así que ya lo sabes... si estás viendo una película de miedo a mitad de la noche y oyes ruidos extraños, como si estuvieran lanzando besos, es una, o varias, cuijas besuconas.