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La leyenda urbana de "el manito" de Cuernavaca: ¿limosnero o prestamista?

Cuenta el mito urbano que, por las calles de Cuernavaca, había un hombre sin piernas que pedía caridad, pero podías pedirle un préstamo grande a réditos. Aquí te contamos la inverosímil historia.

El "manito".¿Necesitas un crédito?Créditos: Rocío Martínez
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Muchas son las leyendas y mitos que corren por cualquier zona conurbada del mundo. Alguna de estas se refieren a personas "en situación de calle" y a quienes piden caridad o limosna.

El mito de los limosneros millonarios

Basta cualquier plática de vecindad para percatarnos que, en la opinión de muchas personas, existen diversas teorías y supuestos sobre la cantidad que perciben quienes piden dinero en la calle.

De manera morbosa, muchos opinan, que los limosneros ganan una fortuna, por lo cual no hay que darles nada

Algunas investigaciones serias han tratado de averiguar de forma "científica" la realidad de los ingresos de los "limosneros".

Pero estos esfuerzos se ven dificultados por muchas razones. Los mismos "pedinches" a veces no saben la aritmética básica y no tienen noción de cuánto ganan ni siquiera "al tanteo". La mayoría, son personas de escasa o nula educación formal.

Los mendigos, además son reacios a hablar de su "oficio". Agregando que la mendicidad está infiltrada o controlada por grupos delincuenciales, lo que hace peligroso realizar averiguaciones.

Los limosneros los podemos clasificar en honestos y tramposos. Los honestos son aquellos que tienen la mala fortuna de tener una discapacidad real que les impide laborar normalmente, ciegos, sordomudos, discapacitados mentales, quienes les faltan miembros, como piernas o brazos, parapléjicos, etc. Los tramposos son los que simulan estas discapacidades o que las exageran. También están quienes usan bebés, niños, ancianos o se inventan alguna desgracia.

La historia de "el manito"

La ciudad de Cuernavaca no está exenta de estas historias. Quizá la más famosa es la de "el manito".

Ya nadie sabe su nombre, ni su paradero. Algunos dicen se llamaba Fernando o José y no tenía piernas. Pedía limosna en las calles del Centro Históricos de Cuernavaca. Lo llamaban "el manito" por su peculiar manera de pedir limosna: 

a cada persona que pasaba a su lado le gritaba "¡manito, manito una ayudita!" mientras que con sus manos aplaudía para llamar la atención. Era muy insistente y persistente.

Estuvo en Cuernavaca en las décadas de los 80's y 90's. Sin piernas y en un carrito con ruedas de diablito, que eran unas tablas con unas ruedas pequeñas. Se desplazaba con ayuda de comerciantes y vecinos del centro. Era muy conocido.

Pero hay quien afirma que "el manito" no era pobre, al contrario, si necesitabas dinero urgentemente, "el manito" te podía hacer un préstamo, digamos de unos miles de pesos. Es sí, a un rédito entre el 15% y 20% mensual, según le cayeras.

Hay quienes imaginaban que podían burlar al "manito" para llevarse la sorpresa de que contaba con un grupo de gente, con las piernas que él no tenía y que se encargaba de la cobranza, gente "malosa".

decían los incautos... a ver que me alcance y que me cobre...

Algunos dicen que les constaba, que en la tarde noche, después de "un agotador día de trabajo", una Suburban llegaba y recogía al "manito".

Hacia mediados de los 90's se dejó de ver al "manito", nadie supo dónde vivía, si tenía familia o no... pero hay quien dice que "se retiró" con las ganancias producto de las limosnas recibidas y que vive en algún lugar paradisiaco y rodeado de lujos.

El personaje existió, no hay duda, pero la realidad de sus ingresos y ganancias producto de limosnear, nadie la sabe.