Morelos

LEYENDAS URBANAS

La leyenda del puesto de tacos que terminó en una estafa millonaria: ¿Cuernavaca y dónde más?

No cabe duda que tratándose de fraudes y estafas, la creatividad no tiene límite. Esta es una historia que según pasó en Cuernavaca hace unos años... ¡Entérate y no vayas a caer!

Leyenda urbana de un puesto de tacos.Una estafa millonaria en Cuernavaca, Morelos.Créditos: Daniela Mena
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Hoy en día que vivimos en una sociedad tan imbuida en lo digital, estamos muy expuestos a las estafas y fraudes digitales. Creímos ingenuamente que la magia de la tecnología; nos daba cierta seguridad, pero solo dio paso a nuevas formas de robarnos.

Pero hubo un tiempo sin celulares, sin computadoras, sin internet. Lo que sí ha existido siempre es el ingenio humano para hacer fraudes y estafas.

La creatividad para engañar al prójimo no tiene ni ha tenido límites.

Esta historia es una leyenda urbana, la cual no se sabe si existió en la realidad, así como tampoco la fecha exacta, ni participantes reales. Se mezcla la realidad con las fantasías, las emociones y los afanes malsanos.

Dicen que sucedió en Cuernavaca, Morelos a fines de los 80’s, pero pudo suceder en cualquier parte de México y quizá siga sucediendo.

He de advertir que las cantidades de dinero mencionadas están ajustadas a la realidad actual, pues los montos originales hoy no tendrían sentido para nosotros y quedarían fuera de contexto.

El exitoso puesto de tacos

Cuentan que a fines de los 80’s, al tradicional poblado de Acapantzingo, muy cerca del centro de Cuernavaca, llegó un “carrito”, un pequeño puesto móvil remolcado por una pick up que instaló un puesto de tacos de res.

En ese entonces por todo Cuernavaca había pequeños “carritos” que vendía tacos de res; todavía no llegaba el “boom” de los tacos de pastor.

La novedad de esta puesto ambulante es que vendía los tacos de res a $3 (tres pesos) cuando todos los demás los vendían entre $8 y $12.

La gente atraída por el precio se acercaba a “probar si estaban buenos” pues el precio era “sospechoso”.

Para su sorpresa los tacos “estaban buenísimos”. Tenían una considerable ración de carne con un buen sabor… y las salsas estaban riquísimas.

Se les preguntaba a los taqueros que ¿Por qué los daban tan barato? Y respondían que venían del norte y que la carne la conseguían de unos parientes ganaderos que la daban “bara”… además

Los taqueros cercanos se estaban hinchando de dinero a costa de comparar barato y dar caro… muchos clientes estuvieron de acuerdo.

Pronto el “carrito” de tacos se llenó de clientes en pocas semanas… todos parados pues no traían ni mesas ni sillas… se les llegó a conocer como “los tacos parados”. Pero todo esto era el teatro para realiza una estafa.

Los supuestos taqueros empezaron a correr el rumor de que eran del norte y que se querían regresar porque “su jefecita santa” estaba muy enferma. Y querían “traspasar” su exitoso puesto de tacos.

Los “pichones”

Buscaron gente incauta que no supiera de negocios ni de administrar una taquería; específicamente buscaron gente con parientes en Estados Unidos y que les mandaban dólares, que además buscaban un negocio “fácil” en el cual invertir.

"¿Cuánto quieres por el 'traspaso'?"; preguntaban… "2 millones de pesos".

Una cifra exorbitante para un puesto de tacos. Los supuestos taqueros invitaban al pichón a “ver las ventas del día” y ante sus ojos veían las gran cantidad de tacos que se vendían.

Sí es mucha "lana"... pero "luego luego" vas a recuperar tu inversión… pero no le piense mucho, porque ya tengo otra persona que está interesada… imagínate cuánto vas a ganar... decían.

Y pues tenía que suceder lo que sucedió…

'No faltó un incauto que pagó el precio y los supuestos taqueros desaparecieron'.

¿Dónde estuvo la estafa?

Al dar los tacos muy baratos tenían mucha clientela, pero no era el costo real. Le dijeron al incauto que le iban a pasar la carne barata, pero no fue así.

El nuevo dueño tuvo que comprar todo a costo normal y tuvo que subir el precio, por lo que dejó que ser atractivo el negocio. Pagó 2 millones de pesos por un “carrito” de tacos usado. De las maravillosas ganancias, ¡nada!

Moraleja: la avaricia rompe el saco... 

Cuando cuento esta historia me dicen que no es creíble, no existe nadie tan tonto. Pero como dice un personaje de la política: "yo tengo otros datos".

Cuenta la leyenda que los estafadores van de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo con una “traila” o "carrito" que vende tacos buenos y baratos y que cada año logran “encandilar” y estafar a 2 o 3 incautos ambicioso por poseer un exitoso puesto de tacos con maravillosas ganancias. ¡Que no te vaya a pasar!