El 24 de febrero de 2024, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador formalizó la compra de las acciones de Exportadora de Sal S.A de C.V (ESSA) a la empresa japonesa Mitsubishi. Hoy, la exportadora de sal más grande del mundo ubicada en Baja California Sur enfrenta una dura crisis económica al no lograr comercializar la sal a mercados internacionales.
Más de 3 millones de toneladas de sal se encuentran apiladas en los puertos El Chaparrito y El Morro en Isla de Cedros. La nacionalización de esta empresa no ha resultado como esperaba el Gobierno de México, quién se comprometió en sacarla a adelante y traer beneficios para el país.
“Alejarla lo más que podamos para siempre de la quiebra y de la privatización, es una empresa del pueblo de México y en especial de Guerrero Negro” dijo López Obrador el 24 de febrero.
Trabajadores se encuentran en incertidumbre al ver los montículos de sal que se acumulan y no se venden, la falta de exportación ya causa efectos; a empleados ya no les están pagando horas extras, el mayor ingreso económico en su contrato de trabajo.
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Por su parte, el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, reconoció que hay problemas de comercialización y señala que todo es parte del proceso de nacionalización y una vez que entre el sexenio de Claudia Sheinbaum, habrá de atenderse la crisis.
“Es parte del proceso de una empresa tan importante como es la salinera, quedó el compañero Ebrard, en cuanto tome protesta venir a la empresa para ver de forma directa todo lo que se ha estado invirtiendo y todas las necesidades que tiene la empresa, y si, efectivamente hay problemas ahorita de comercialización de miles de toneladas, pero va a salir adelante”, dijo Castro Cosío.
De acuerdo a analistas locales, el problema principal radica en que antes de la nacionalización, Mitsubishi, socia mayoritaria de la empresa, tenía la exclusividad para la venta de 7 millones de toneladas de sal al año. Este acuerdo le permitía controlar gran parte del mercado, tanto a nivel nacional como internacional.
“Esto genera mucha preocupación por la economía de la Exportadora de Sal, si no se vende puede colapsar como cualquier empresa que no vende sus productos", dijo Elías Medina.
Produce 8 millones de toneladas de sal al año, la mitad se encuentra sin exportar
El Gobierno mexicano ahora se enfrenta a la tarea de establecer nuevos acuerdos de venta y diversificar el mercado para asegurar la colocación del producto.
La exportadora de sal más grande del mundo opera desde hace 70 años. Antes de ser nacionalizada, contaba con el 51 por ciento de las acciones de México y 49 de la empresa japonesa Mitsubishi.
Mantenía una producción superior a 8 millones de toneladas anuales y una alta calidad de sal capaz de abastecer a la industria de la región Asia Pacífico y Costa Este de América del Norte además de la capacidad para recibir y cargar barcos de hasta 18 mil toneladas.
Representa el 84% de la producción de sal en México orientada principalmente a la exportación. México, ubicada en el séptimo lugar a nivel mundial con la producción de sal de 8.7 t. métricas y junto con Chile son los principales países productores de América Latina.
Hoy está en riesgo de colapsar ante la falta de acuerdos para comercializarla hacia otros países.